La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió hoy sobre las dificultades que afronta para brindar asistencia a la población desplazada en el norte y el este de Sri Lanka, donde se registran enfrentamientos entre los rebeldes tamiles y las fuerzas del gobierno.
La libertad de movimiento está restringida, afirmó Jennifer Pagonis, portavoz en Ginebra del ACNUR, quien indicó que miles de civiles siguen huyendo de la violencia.
Los enfrentamientos han causado una ola de desplazamientos forzados que el ACNUR estima en más de 128.000 personas de abril pasado a la fecha.
Pagonis señaló que, debido a los toques de queda, los civiles de la localidad de Jaffna, uno de los escenarios de mayor violencia en el norte del país, no han conseguido trasladarse a áreas más seguras y sólo han logrado alejarse de la costa.
Un equipo de expertos del ACNUR y otras agencias de la ONU realizará una evaluación de las necesidades en Jaffna y determinará qué tipo de ayuda requieren sus habitantes.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) condenó el atentado que causó la muerte de medio centenar de niñas ayer en el distrito de Mullaitivu.
Llamamos a todas las partes en conflicto a respetar el derecho internacional humanitario y a asegurar que los niños y los lugares donde viven, estudian y juegan están protegidos de cualquier daño, puntualizó Ann Venemman, directora ejecutiva de UNICEF.
