La astroquímica: una ciencia multidisciplinar

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En 1950, Gerhard Herzberg publicó un libro en el que, sin ser demasiado consciente de ello, daba las claves de lo que más tarde sería un descubrimiento impresionante: los ecos del Big Bang, plasmados en la radiación del fondo cósmico de microondas. Fueron Penzias y Wilson quienes, en 1978, recibieron el Premio Nobel tras haberla detectado en 1965.

Muchos habían predicho la temperatura del fondo cósmico de microondas, pero Herzberg dio la clave al hablar de una temperatura de “2.30K”, obtenidos a partir de la medición de la intensidad de la molécula de cianuro (CN). Independientemente de este velado descubrimiento, recibió un Premio Nobel en 1971, pero no por este asunto, sino por su trabajo relacionado con los radicales libres, de los cuales determinó su estructura electrónica y su geometría. También es conocido por ser el principal promotor de la espectroscopía molecular, que hoy permite estudiar las propiedades y los comportamientos de las moléculas. Podemos decir que fue uno de los padres de la astroquímica moderna. Sin embargo, ese detalle sobre cierta temperatura residual, que mencionó en su trabajo “Molecular spectra and Molecular structure”, pasó desapercibido, oculto tras su propio comentario, al definirlo como algo con un “significado restringido” [1].

Para José Cernicharo, investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y codirector de esta escuela de astroquímica, que comenzó en la jornada de ayer en Cuenca, de haberse dado una mayor colaboración entre astrónomos y espectroscopistas, este dato habría llamado la atención de los expertos, adelantando el descubrimiento quince años. Este ejemplo, narrado como una anécdota, es una de los que ha utilizado en su presentación para justificar la necesidad de proporcionar a los alumnos las herramientas necesarias para una colaboración efectiva, que se caracteriza por ser multidisciplinar en esencia.

La escuela, que comenzó ayer domingo, ya ha tenido una intensa jornada en la que se han abordado cuestiones como una introducción a la astronomía infrarroja y submilimétrica; en qué consisten las observaciones astronómicas dentro del campo de la astroquímica; las misiones Herschel y ALMA; qué es la espectroscopía de laboratorio; y un repaso por los cálculos teóricos de las velocidad de reacción y las tasas de colisión de las moléculas. Durante el resto de la semana, catorce profesores impartirán sus seminarios a 32 alumnos con el fin de proporcionar una formación multidisciplinar a las nuevas generaciones de astroquímicos, facilitando la explotación científica de los abundantes datos que los nuevos instrumentos, como ALMA, están ofreciendo a la comunidad.

Notas

[1] “From the intensity ratio of the lines with R = 0 and K = 1 a rotational temperature of 2.3º K follows, which has of course only a very restricted meaning”. Extraído del libro: “Molecular spectra and Molecular structure”, de Gerhard Herzberg.