¿Pero qué está pasando con la Ley del Voluntariado?

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Hace apenas unas semanas la PVE celebraba la próxima aprobación de una norma muy esperada, la Ley del Voluntariado. Transcurrido este corto espacio de tiempo el sector ha pasado de la risa al llanto, casi sin transición. Del aplauso al temor por la aprobación de un texto que, al final, quizás no nos represente.

Muchas asociaciones se preguntan qué ha pasado. ¿Cuál el problema con la Ley de Voluntariado?

Lo cierto es que el anteproyecto de ley que se presentó en enero daba respuesta a muchas necesidades. Era un texto consensuado por las organizaciones; se acercaba bastante a la ley que esperábamos. Sin embargo, en el trámite (durante su paso del Consejo de Ministros al Congreso)  ha sufrido una serie de cambios que han decepcionado profundamente al sector del voluntariado.

Entre las principales modificaciones que ha sufrido la ley, hay que destacar:

1. Los antecedentes penales impedirán hacer voluntariado;  las ONG deben ocuparse de que ninguna persona voluntaria los tenga.

Es absurdo considerar que alguien que ha cometido un delito en el pasado pierda para siempre el derecho a participar en la sociedad  haciendo voluntariado.

De hecho, centenares de ONG cuentan con personas que han tenido problemas (también con la justicia) y eso las capacita para ayudar y entender mucho mejor a las demás.

Las ONG, además, se convertirían en responsables de cerrar el paso a quienes tengan antecedentes. El papel de las entidades de voluntariado no es investigar antecedentes, sino promover la solidaridad y el compromiso con el mundo que nos rodea.

2. El extraño papel de las empresas en la nueva Ley.

Las empresas responsables pueden ser un importante agentede cambio social. Una de las vías de participación puede ser el impulso del voluntariado entre sus plantillas. Sin embargo, si se trata de ejercer la tarea voluntaria hay que establecer con mucha claridad cuál es el papel de las firmas comerciales y cuál el de las ONG.

A juicio de la PVE, el texto actual concede el mismo rango a las empresas y a las ONG. Es evidente que las ONG y las empresas no son, ni hacen lo mismo.

3. Vuelve a difuminarse la frontera entre empleo y voluntariado

Una de las demandas más conocidas del sector del voluntariado es establecer una línea divisoria entre empleo y voluntariado. Esa distinción, en el texto actual, vuelve a estar terriblemente difusa.

Y estos son las principales obstáculos que encuentra la Plataforma del Voluntariado al proyecto de ley actual. Por ello, ha realizado un conjunto de enmiendas que podéis consultar más abajo.

Además, se han iniciado una ronda de encuentros con los distintos grupos parlamentarios para pedirles respaldo y apoyo.  Para reclamar la Ley que las organizaciones del voluntariado esperan desde hace años.