Un año del ataque al hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz

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A las 2:08 de la madrugada del sábado 3 de octubre de 2015, un avión AC-130 del Ejército estadounidense disparaba 211 proyectiles sobre el edificio principal del hospital de traumatología de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, Afganistán.

El lunes 3 de octubre se cumple un año de un ataque que terminó con la vida de 42 personas: 24 pacientes, 14 trabajadores humanitarios de MSF y 4 cuidadores, e hirió a 37 personas. La instalación, un hospital en pleno funcionamiento en el momento del ataque, estaba, como tal, protegida por el Derecho Internacional Humanitario.

Desde 2011, el hospital venía proporcionando atención quirúrgica gratuita y de calidad a pacientes con heridas de guerra y a víctimas de traumatismos en general como consecuencia, por ejemplo, de accidentes de tráfico. Era la única instalación de este tipo en toda la región noreste de Afganistán y facilitaba servicios tanto a los residentes de Kunduz como de las provincias limítrofes.

El bombardeo tuvo consecuencias devastadoras para las víctimas, sus familias, los equipos de MSF y toda la comunidad de Kunduz. Un año después, el hospital permanece cerrado y miles de personas carecen de acceso a servicios médicos vitales. Antes de considerar la reapertura del hospital, MSF continúa pidiendo garantías a todas las partes del conflicto para que el personal y los pacientes de este hospital estén seguros.

366 días después del bombardeo del hospital de Kunduz, los hospitales e instalaciones sanitarias son arrastradas al campo de batalla y los pacientes y el personal médico son sacrificados en el proceso. Desde el ataque al hospital de Kunduz, instalaciones médicas de MSF o apoyadas por la organización médico-humanitaria han sido víctimas de al menos 75 ataques. Solo 2016, 21 hospitales apoyados por MSF han sufrido 36 ataques en Siria y Yemen.

La investigación de Estados Unidos y los contactos mantenidos con las autoridades estadounidenses han permitido a MSF profundizar en lo sucedido esa noche del 3 de octubre de 2015. Esto incluye saber que las tropas sobre el terreno asumieron falsamente que «todos los civiles habían abandonado la ciudad y que solo permanecían en Kunduz los talibanes» y no tomaron las precauciones necesarias para evitar bajas de civiles.

MSF continuará con sus esfuerzos para convencer a las partes en conflicto para que respeten las instalaciones sanitarias. Una guerra sin límites conduce a un campo de batalla sin médicos. No vamos a sentarnos en silencio y dejar que esto ocurra.