«El alto el fuego anunciado en Yemen ofrece una nueva esperanza en una situación cada vez más catastrófica para los niños».
Dieciocho meses de conflicto han llevado a la muerte de más de 1.000 niños y han dejado a millones más sin acceso a la atención básica y en riesgo de muerte inminente. A medida que disminuyen los suministros de alimentos y agua, 1,5 millones de niños sufren de desnutrición aguda. El rápido aumento de los casos de cólera y sarampión está poniendo en riesgo la vida de miles de personas.
Desde hace algún tiempo nos hemos visto limitados en nuestros esfuerzos por llegar a estos niños con alimentos terapéuticos y suministros médicos.
Instamos a todas las partes implicadas en el alto el fuego a permitir un acceso humanitario sin obstáculos para poder efectuar la entrega de suministros y servicios que salvan vidas a todos los niños necesitados. No puede estar en el interés de nadie poner en peligro el futuro de Yemen, de sus hijos”