La Unión Europea está amenazada por problemas de contaminación, erosión, salinización e impermeabilización, entre otros
Los suelos de la Unión Europea han estado sometidos a agresivas prácticas agrícolas e industriales y al maltrato derivado del turismo y del constante desarrollo urbano. Todo ello ha derivado en una amenaza inminente de contaminación, erosión, pérdida de materiales orgánicos, compactación, desplazamientos del terreno, salinización e impermeabilización.
A la vista de estos problemas, la Comisión Europea (CE) ha llamado la atención de los Estados y ha lanzado una estrategia para la preservación, protección y restauración de sus suelos. Según la propuesta de Bruselas, los países de la UE tendrán que elaborar en un plazo de 25 años un inventario de las zonas contaminadas que se encuentran en su territorio y deberán tomar medidas de saneamiento e impedir cualquier contaminación suplementaria. Además, la nueva directiva marco pide que se enumeren las zonas en las que existe el riesgo de erosión, de pérdida de materiales orgánicos, de salinización y de desplazamientos de tierra.
La degradación de los suelos que acusa Europa durante los últimos años ha supuesto un gasto de 38 billones de euros anuales, una cantidad desorbitada frente a los 2 millones de euros que, según Bruselas, costará la identificación de las zonas de riesgo o los 51 millones de euros anuales para el inventario de zonas contaminadas. La CE prevé también un gasto de 240 millones de euros anuales en investigación durante esos veinticinco años.
En Bruselas se calcula que 115 millones de hectáreas, equivalentes al 12del total de la superficie europea, sufren el desgaste producido por la erosión del agua, mientras que 42 millones de hectáreas registran el ocasionado por el viento. El Valle del Ebro, según el Ejecutivo comunitario, es uno de los ejemplos más evidentes de la degradación del suelo a través de la salinización o acumulación de sales solubles en la tierra, un proceso que afecta a más de 3,8 hectáreas en toda Europa.
Por su parte, la superficie europea cubierta con materiales impermeables representa un 9en la UE, una cifra que se ha incrementado en los últimos seis años como consecuencia de la expansión urbana. Finalmente, el proceso de compactación afecta a alrededor del 34de los subsuelos europeos y la contaminación a aproximadamente 3,5 millones de terrenos, según las estimaciones de Bruselas.
























