El cineasta valenciano Joaquín Sancho Ferrer, director del primer documental de sensibilización de la Fundación del Valle Asháninka, la selva que se va, ha regresado este mes de la Selva Central de Perú, acompañado por su equipo técnico formado por el director de fotografía Juan Pedro Sánchez Verdú y el ayudante técnico Rafael Canet, junto a quienes han grabado más de 36 horas de material durante 24 días de rodaje ininterrumpido para poder realizar el documental de sensibilización Memoria Herida, segunda parte de una trilogía que la Fundación del Valle está realizando sobre los pueblos indígenas de la amazonía peruana.
Este nuevo trabajo audiovisual de sensibilización de la Fundación del Valle titulado Memoria Herida tendrá una duración de 45 minutos, forma parte de un Proyecto de Sensibilización financiado por la Comunidad de Madrid, se presentará oficialmente en abril de 2007 e, inicialmente, tiene previsto ser proyectado en diferentes salas, centros culturales y universidades de la Comunidad de Madrid.
Partiendo de la experiencia anterior, esta vez se ha desplazado a Perú un equipo portátil y muy fácil de manejar en aquel entorno. Así, en Memoria Herida Joaquín ha sido director, realizador y también cámara y coguionista y ha contado además con la ayuda de Antonio Sancho, responsable de la Fundación del Valle en Perú que en Memoria Herida ha participado como productor y coguionista.
El guión del documental hace una referencia clara al poema del murciano Eloy Sánchez Rosillo titulado Así y que dice: Así no ignores que en los sitios más hermosos y en los mas apacibles ocurrieron sin duda o habrán de suceder las más terribles cosas a lo largo del tiempo. ( ) expresando cómo es posible que el paraíso se convierta en infierno. Y es que, aunque el gusto final del Memoria Herida se cargará de esperanza, lo cierto es que el documental trata el tema del horror y refleja como durante los años 1987 al 1995 los Asháninkas, pueblo indígena de la Amazonía Peruana, sufrieron en su territorio la consecuencias de la guerra de Sendero Luminoso contra las fuerzas armadas del estado peruano. «Ha sido rodada con dificultad, con rabia, y también con amor y con mucha pasión-declara Joaquín Sancho- Un forcejeo con la realidad más bella y más desagradable del mundo».
Hoy en día, todavía persisten pequeños grupos de asháninkas en manos de los remanentes de Sendero que se esconden en el interior del bosque y muchas familias no han podido retornar a sus hogares. Por otro lado la terrible herencia del terrorismo se está visibilizando con todas las consecuencias y los riesgos de los agentes eternos empeñados en una desmemoria del conflicto. En el año 2001 se instauró la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional que testificó que el 75% de las victimas (de un total de 69.250) durante los 20 años de violencia política en el Perú fueron indígenas.
























