16 de Julio, 2008
Gracias a la subvención que Fundación Caja Murcia ha otorgado a ASPRONA (Asociación de familiares pro personas con discapacidad intelectual), la entidad ha podido reformar una de sus cuatro viviendas tuteladas donde actualmente viven 16 personas con discapacidad intelectual. Se trata de una iniciativa que lleva en marcha desde 1991 y que posibilita el acceso a una vivienda normalizada y parcialmente autogestionada, a personas adultas que tienen este tipo de discapacidad pero con necesidades de apoyo sólo en momentos puntuales.
El Programa de Viviendas Tuteladas se desarrolla tanto dentro como fuera del hogar, potenciando todo tipo de habilidades adaptativas, a través de programas individuales de intervención, tales como vida en el hogar, cuidado personal, comunicación, habilidades sociales y uso de recursos comunitarios, ocio y tiempo libre o autodirección y trabajo, entre otros.
Para el correcto funcionamiento del programa existe una Comisión de Viviendas, formada por personal de la Junta directiva de la entidad, sobre todo madres de personas con discapacidad intelectual, que intentan buscar recursos económicos para mantener estos hogares en las mejores condiciones. Caja Murcia viene apoyando este programa desde hace varios años y ya ha dotado a Asprona de más de 10.000 euros.
Cada una de las 4 viviendas de Asprona reúne a personas con discapacidad intelectual con características similares; existen viviendas dirigidas a personas más mayores en proceso de envejecimiento, otras para personas que padecen patologías asociadas como enfermedad mental, diferentes discapacidades o trastornos adictivos, tres de ellas son de hombres y una de mujeres y en cada una viven 4 personas.
La vivienda tutelada supone una manera de hacer valer la autodeterminación de las personas con discapacidad intelectual y están coordinadas por profesionales que se encargan de formar a quienes viven en ellas. Para Noelia de la Cruz, coordinadora del programa, “las viviendas tuteladas son esenciales para insertar en la sociedad a las personas con discapacidad intelectual”. “Se les forma para ser más independientes, aunque sea bajo la supervisión de un profesional que les orienta diariamente, se les enseña a llevar una casa, tener una rutina, valerse por sí mismas, ser responsables, entrenarles en las actividades básicas de la vida diaria y las instrumentales como son la comunicación, ayuda mutua, resolución de conflicto, ocio y tiempo libre, etc.”.
La dinámica en estas viviendas es similar cada semana, los lunes se planifica todo más o menos y se reparten las tareas domésticas, los martes es el día de la compra, se fijan las visitas al médico y se organiza alguna actividad de ocio para el fin de semana.
Según comenta de la Cruz, “normalmente son las familias las que solicitan una vivienda tutelada para la persona con discapacidad que tienen a su cargo, otras veces son personas que vienen de centros de menores y al cumplir la mayoría de edad deben buscar otro recurso. Pero en todos los casos, es la Conselleria quién otorga una plaza en la vivienda tras un análisis del perfil del beneficiario”. La entidad, en este caso, Asprona, es quién acepta el expediente y se inicia un periodo de adaptación en el que la persona con discapacidad intelectual va asistiendo gradualmente a la vivienda participando poco a poco en la dinámica del grupo.
Cada vez que entra un residente, los profesionales elaboran un proyecto de intervención individualizada en el que se valoran las capacidades que tiene, se marcan objetivos y la metodología que se tiene que seguir.
ASPRONA es la Asociación de Familiares Pro-personas con Discapacidad Intelectual. Se trata de una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública y está compuesta por más de 3.000 socios protectores y activos y por 32 Profesionales. Asprona se fundó en 1959 y es miembro constituyente de la Federación de Asociaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual de la Comunidad Valenciana (FEAPS CV) y primera entidad del Movimiento Asociativo FEAPS, además de forma parte de distintas plataformas como el CERMI C.V., AFEM o la Mesa de la Solidaridad entre otras. Su misión es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias.