
“El cierre de la frontera con Argelia ha desabastecido los mercados, sigue habiendo graves problemas de liquidez y, aunque no hay datos oficiales, todo apunta a una merma de las cosechas. Las familias no han podido recoger toda la cosecha por miedo a acudir a sus campos ni guardar parte de las semillas para la próxima siembra. La gente está empezando a tomar medidas extremas para sobrevivir, como la venta de sus bienes y la reducción de tres a dos comidas al día” ha explicado esta mañana al volver de Bamako, Helena Valencia, responsable del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre en un encuentro con los medios de comunicación.
Solo ha llegado el 4% de la ayuda necesaria
“Naciones Unidas ha estimado que se necesitarían 373.000 millones dólares para auxiliar a los afectados por la crisis pero, hasta la fecha, solo se han movilizado 16 millones (no llega al 4% del dinero necesario), con lo que hacemos un llamamiento de la solidaridad internacional”, aseguró Helena.
Tres escenarios humanitarios posibles
¿Hacia dónde evoluciona la situación?. “Acción contra el Hambre elabora tres posibles escenarios: el más optimista sería que las fuerzas internacionales de la MISMA estabilizaran el norte de Malí, y que las familias pudieran volver a sus casas lo antes posible. Este escenario requeriría, no obstante, el acompañamiento a los retornados que han perdido sus medios de vida. El segundo escenario posible es que la crisis humanitaria se extendiese y que el número de desplazados a los que hay que atender se incrementase drásticamente, y con ello el reto humanitario. El tercer escenario, y el que consideramos más probable, es que se lleve a cabo un control relativo de la seguridad en el norte del país, obligando a la suspensión temporal y la reapertura intermitentes de nuestros programas”. Helena ha destacado que “aunque Acción contra el Hambre sabe trabajar en estos contextos, esto puede convertirse en una amenaza al principio humanitario de acceso libre y directo a las víctimas”.
Desplazados, población invisible
Se estima que hay 227.000 personas desplazadas por la violencia dentro del país y 167.000 refugiados en los países vecinos. “En esta crisis, las personas desplazadas son víctimas de la invisibilidad porque no hay campos para alojar a las afectados. Además, no disponemos de un censo para registrar a la familias que han abandonado sus casas”.
Helena Valencia ha pasado las últimas cinco semanas en Bamako apoyando la respuesta de emergencia y elaborando un plan de contigencia para los próximos meses. Acción contra el Hambre trabaja en Malí desde 1996 en cuatro zonas: Gao, Kita (región de Kayes), Banamba (Koulikouro), y Bamako (comunidad VI) a través de programas de apoyo a la desnutrición, respondiendo a las crisis alimentarias y mejorando la seguridad alimentaria.
Acción contra el Hambre es una organización humanitaria internacional e independiente que combate la desnutrición infantil a la vez que garantiza agua y medios de vida seguros a las poblaciones más vulnerables. Intervenimos en más de 45 países apoyando a más de siete millones de personas. Nuestra visión es un mundo sin desnutrición; nuestro primer objetivo, devolver la dignidad a quienes hoy viven amenazados por el hambre.
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