Escolarización y soberanía alimentaria: Retos pendientes para el desarrollo de la República Democrática del Congo

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La República Democrática del Congo es uno de los países con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) más bajo del mundo. Así lo refleja el Informe elaborado en 2013 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que sitúa al país en la posición 186 de los 187 países para los que se disponen datos comparables. Múltiples indicadores influyen en la determinación del IDH, entre ellos, la educación, sector en el que se observa un importante retroceso en la tasa de escolarización. Las razones ligadas a esta circunstancia son múltiples: la falta de inversión pública; la desigualdad de acceso a la educación existente entre las zonas urbanas y rurales; el deterioro de la calidad educativa; o la falta de motivación entre el profesorado, entre otras.

Fundación del Valle y Projet Ditunga, socio local en el país, trabajan en la R. D. del Congo desde el año 2008. Desde entonces, han desarrollado siete intervenciones en el área de la educación y la soberanía alimentaria, abordando de forma complementaria actividades orientadas a garantizar la salud, igualdad y defensa de los derechos humanos de los colectivos más vulnerables.

Así, en lo que se refiere al ámbito de la educación, la finalidad de los proyectos ejecutados es precisamente la de ampliar la cobertura educativa, impulsando la construcción de escuelas y dotándolas de un equipamiento escolar adecuado que favorezca el aprendizaje en un entorno saludable e inclusivo. Para que la calidad de la educación sea una constante, ‘reciclar’ profesionalmente al profesorado, de forma que revalorice su trabajo, es esencial. Por este motivo, se trabaja con los educadores planes formativos en deontología pedagógica, motivándoles y reforzando el importante rol que desempeñan. Igualmente, tales actividades se complementan con campañas de promoción de la escolarización de todos los niños en edad escolar, implicando a padres y madres, así como a toda la tribu, en la educación integral de los más pequeños.

La construcción en 2009 de la escuela en la comunidad de Mande Masengu, con la financiación del Ayuntamiento de Sevilla, permitió aumentar la tasa de matriculación pasando de 255 alumnos en el curso 2008-2009 a 1.116 en el curso 2010-2011 lo que supone un incremento del 436%. Muy importante fueron los resultados alcanzados en los niveles de escolarización de las niñas que experimentaron un notable crecimiento del 516%, aumentando el número de matrículas de 116 en el curso 2007-2008 a 599 en el 2010-2011.

Las escuelas construidas en las comunidades de Mande Mbaya y Mpasu en 2010, subvencionadas por la Generalitat Valenciana, llegaron a superar en 2011 su capacidad en un 250% en los niveles de educación básica, facilitando el ingreso en la escuela de al menos 1.250 alumnos.

La lucha contra el hambre

Pese a los ricos recursos naturales y posibilidades de desarrollo agrícola de que dispone la República Democrática del Congo, un 72% de la población vive en situación de inseguridad alimentaria. De nuevo son muchos los factores que intervienen, como por ejemplo la falta de formación técnica, de medios y de semillas mejoradas que pueden facilitar el aumento de la producción. Frente a ello, los campesinos siguen utilizando técnicas ancestrales agresivas e inapropiadas que, a la vez que destruyen el medio ambiente, no favorecen la producción de modo que la población no llega a cubrir sus necesidades básicas alimentarias y domésticas.

A través de varios proyectos puestos en marcha en 2011, apoyados económicamente por Obra Social «la Caixa» y la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, se colabora con los agentes locales en la lucha contra el hambre en la comunidad de Mpyana Bakwa Cyabila, uno de los once clanes de la tribu de Mpyana, perteneciente a la etnia Luba y ubicada en el distrito de Ngandanjika. Gracias a la introducción de la mecanización de las técnicas agrícolas, al sistema de almacenamiento mejorado de la producción y la creación de una red de transporte y comercialización eficaz, se ha generado un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente. Asimismo, se ha logrado ampliar la variedad nutricional de la población con la puesta en marcha de una piscifactoría, un gallinero y una granja de cerdos, aumentando a su vez las posibilidades de empleo de la zona. Todo ello, sostenido con el trabajo de 24 Asociaciones Campesinas, que han conseguido garantizar la seguridad alimentaria de al menos 31.792 miembros de su comunidad.

Con el incremento de la producción agrícola derivado de la asociación de los agricultores, y el apoyo a la escolarización de los más pequeños, las comunidades contribuyen a la consecución de dos de los Ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015: reducir el número de personas que sufren hambre en el mundo (ODM1) y lograr la enseñanza primaria universal (ODM2). Algo que, con las medidas adecuadas, se puede alcanzar.