
Payasos Sin Fronteras inicia la segunda fase del proyecto “Estimulación psicomotriz de niños en estado de malnutrición”. Un proyecto que tiene objetivos comunes con el resto de proyectos de la asociación, pero que desarrolla la intervención de una forma singular y distinta a como se desarrollan la mayor parte de los proyectos: Si bien generalmente las actividades de Payasos Sin Fronteras consisten en giras de espectáculos para infancia refugiada o desplazada por causa de conflicto bélico, desastre natural o para infancia en riesgo de exclusión, en este proyecto la intervención es más personalizada, estableciendo contacto con cada niño que padece malnutrición, y con sus familias, llevando a cabo actividades payaso-niño, y adaptándolas a las necesidades específicas de cada uno.
Se puede seguir el día a día de la expedición a través del blog www.psfenburkinafaso.blogspot.com
Antecedentes
En 2012, dos equipos de artistas voluntarios trabajaron durante 90 días consecutivos en la región de Bobo-Dioulasso -al suroeste del país- en estrecha colaboración con profesionales de la salud del país, tanto en centros especializados en el seguimiento de casos de malnutrición y educación nutricional (CRENs) como en unidades de hospitalización pediátrica. Estas experiencias se completaron con una tercera expedición que realizó, durante 15 días, una gira de espectáculos en colegios y centros sanitarios que ayudaban a concienciar sobre las consecuencias de la malnutrición en la infancia.
En palabras de Carmen Bernardino, voluntaria del proyecto en 2012 y de la expedición actual:
“A pesar de las dificultades que implica el desarrollo de un proyecto de estas características en un país en el que la figura del payaso es mayormente desconocida, y en el que la estimulación infantil queda en un segundo plano, la colaboración con los profesionales de los centros con su excepcional implicación e interés en todo el proceso, hicieron mucho más fácil y agradable el trabajo de adaptación y desarrollo de las actividades del proyecto.Las experiencias vividas en el trabajo directo e individual con los niños malnutridos y sus familias fueron de una intensidad difícilmente descriptible en palabras. Se trata de un contacto muy delicado y con una carga emocional inmensa que regala momentos y sensaciones que llegan a hacerte creer que todo lo que está pasando a tu alrededor es simplemente magia”.