La mutilación genital es una práctica muy extendida sin más justificación que la costumbre. Los daños que produce a las mujeres a corto y largo plazo la han convertido en un objetivo para ser erradicada en las comunidades más reticentes a abandonar esta práctica.
El trabajo es global. Se habla con los jefes tribales, con las madres y se intenta convencer a quienes la realizan. Para ellos es más difícil puesto que es su forma de vida.























