El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el ACNUR, abrió esta semana una nueva oficina en el norte del Ecuador, elevando a tres el número de oficinas de terreno a lo largo de la frontera con Colombia.
La nueva sede fue inaugurada oficialmente el martes, en presencia de las autoridades provinciales de la ciudad de Esmeraldas, en la Costa Pacífica ecuatoriana. La oficina servirá de base para el ACNUR para brindar orientación y asistencia a miles de refugiados en la provincia y a lo largo de la Costa. De acuerdo con los primeros resultados de un estudio del ACNUR presentado el mes pasado al Gobierno en Quito, hay alrededor de 60 mil colombianos con necesidad de protección internacional en las provincias del norte del Ecuador. Estas son personas, la mayoría de ellas familias con niños, que han dejado Colombia temiendo por sus vidas o su seguridad por causa del conflicto armado interno. Un estimado de 10 mil de ellos, han buscado refugio en la provincia de Esmeraldas, una de las regiones más subdesarrolladas del Ecuador.
El ACNUR espera apoyar el desarrollo local al mismo tiempo que asistir a los refugiados, mediante micro-créditos, programas de capacitación y ayuda para pequeñas empresas, y otras iniciativas que beneficien a la comunidad entera. La mayoría de los refugiados en esta parte del Ecuador vienen de la Costa Pacífica colombiana. La provincia de Esmeraldas limita con la región de Nariño al sur de Colombia, la cual registró la peor tasa de desplazamiento forzado dentro del país en 2007. De acuerdo con el Gobierno colombiano, más de 22 mil personas huyeron de sus casas en Nariño el año anterior. Esta cifra representa más del 10% de todos los nuevos casos de desplazamiento forzado en Colombia. La situación humanitaria en Nariño este año continúa siendo causa de preocupación. La índices de violencia, lucha armada, asesinatos selectivos y persecución de civiles en la región están entre los peores en Colombia.
Todos estos factores contribuyen fuertemente al riesgo de un mayor desplazamiento forzado, pero en algunos casos la gente ni siquiera tiene la opción de huir. Algunas comunidades están incomunicadas del resto del mundo, debido a un incremento del número de minas antipersonales sembradas por los grupos armados irregulares. El ACNUR trabaja con otras agencias de Naciones Unidas y organismos internacionales para coordinar una respuesta coherente en favor de la población civil, que contribuirá a alcanzar soluciones duraderas para una paz permanente en Colombia
























