Inflación, escasez, cólera: se recrudece la crisis en el norte de Malí

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Los precios habituales se han duplicado e incluso triplicado: en el mercado de Gao, productos como el mijo o el azúcar se venden a precios exorbitantes. La población de la región está sufriendo grandes dificultades para acceder a productos básicos y a dinero en efectivo. “Ahora un saco de arroz vale tres cabras, antes de la crisis valía uno”, comenta Julie Calafat, directora de los programas de emergencia en esta región. La especulación viene acompañada de una grave falta de liquidez por parte de las instituciones financieras (bancos, cajas de ahorros) que han dejado de funcionar. La gente se está viendo obligada a recurrir al trueque: cereales a cambio de animales.

Los niños, los más afectados

En Gao, cada vez más las familias se encuentran con mayores dificultades para conseguir comida. “El estado nutricional de los niños está empeorando”, señala el Dr. Sisse, a cargo del programa nutricional de Acción contra el Hambre en Gao. “El número de niños desnutridos admitidos en el hospital se ha incrementado de manera significativa”.

Tras los enfrentamientos, Acción contra el Hambre ha podido reanudar sus actividades de asistencia a la población más vulnerable y tratamiento de la desnutrición. Desde el 14 de mayo hasta el 10 de junio acudieron más de 2.000 niños al hospital y a los centros de salud: más de la mitad padecían desnutrición aguda, de los cuales el 22% con desnutrición aguda severa, la forma más grave de la desnutrición.

Y ahora, el cólera

La situación en la región se está viendo agravada por la escasez de agua y la epidemia de cólera en el norte de Malí y Níger. La insuficiencia de agua se hace sentir especialmente en las ciudades, donde la falta de acceso es común debido a las interrupciones de las redes de distribución, lo que complica enormemente el trabajo de médicos y actores humanitarios. El nivel freático ha disminuido considerablemente y las colas de espera alrededor de los pozos (de una a dos horas) son cada vez más frecuentes. Esta situación está provocando un aumento de tensión entre ganaderos, personas venidas desde otras partes de la región y los propietarios de los pozos.

La escasez de agua es aún más problemática desde que el cólera hizo su aparición en el norte de Malí. Ya a principios de julio, la enfermedad había afectado a una treintena de personas y matado a cinco.

En prevención de la aparición de nuevos casos, Acción contra el Hambre ha distribuido más de 2.000 kits de higiene. Además, está llevando a cabo sesiones de sensibilización sobre prácticas de higiene entre la población, fundamentalmente en los pueblos de pescadores a lo largo del río Níger, para evitar la propagación de la enfermedad.