Por qué invertir ahora

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El Fondo Mundial y sus asociados se encuentran ahora en los meses finales de las actividades dedicadas a la reposición de recursos para asegurar los fondos correspondientes al período 2014-2016. Uno de los mensajes fundamentales dirigidos a los donantes –quienes deben decidir antes de que acabe al año cuánto pueden invertir– es que el costo de la inacción es enorme. Si no se cuenta con una inversión agresiva para derrotar al VIH, la tuberculosis y la malaria, es probable que en los próximos años debamos hacer frente a costos asombrosos, tanto en términos de vidas humanas como de dinero. Con el fin de subrayar este panorama, los defensores del Fondo Mundial publicaron el 12 de septiembre un informe titulado El costo de la inacción que exhorta a todos los asociados a que aprovechen la oportunidad histórica de controlar el VIH, la tuberculosis y la malaria y eliminar las tres enfermedades como una amenaza para la salud pública.

“En la historia no hay muchos momentos en los que tenemos la oportunidad de derrotar algo como el VIH, la tuberculosis y la malaria”, dijo Mark Dybul, Director Ejecutivo del Fondo Mundial, en el transcurso de una teleconferencia con asociados y periodistas. El Dr. Dybul añadió que los avances científicos, una mejor comprensión de la epidemiología y la experiencia,  de forma conjunta, permiten que la comunidad sanitaria se desarrolle gracias a las inversiones recientes. Pero advirtió que actuar con demasiada lentitud significaría perder una oportunidad única. “Las inversiones realizadas en los últimos diez años han provocado la huída de las enfermedades, pero se ocultan en diferentes lugares, y es en esos lugares donde consiguen un punto de apoyo desde el cual pueden iniciar el regreso. Si comenzamos a ver que las tasas de infección aumentan, esta ventana histórica se cerrará. El Dr. Dybul reconoció  las limitaciones financieras que tienen los gobiernos en todo el mundo. Pero añadió: “Lamentablemente, las enfermedades transmisibles como el VIH, la tuberculosis y la malaria no prestan mucha atención a las crisis fiscales o a los ciclos financieros”.

El costo de la inacción señala que las inversiones oportunas podrían evitar 3,9 millones de nuevas infecciones durante el período 2014-2016, con un ahorro potencial de hasta US$47.000 millones en costos de tratamiento adicionales en el transcurso de las vidas de las personas afectadas. “El costo de la inacción es mucho mayor que el costo de la acción, tanto desde una perspectiva moral como económica,» afirmó Joanne Carter, Directora Ejecutiva de RESULTS Educational Fund en Estados Unidos y ex miembro de la Junta Directiva del Fondo Mundial.  

El Fondo Mundial ha fijado un objetivo de recaudar US$15.000 millones para que en el período 2014-2016 se pueda conseguir una diferencia transformadora contra las tres enfermedades. El costo de la inacción calcula asimismo que un financiamiento oportuno destinado a la malaria evitaría más de 430 millones de casos adicionales de esta enfermedad y aumentaría el PIB anual en África en más de US$20.000 millones en cinco años, además de salvar 196.000 vidas por año. “Nuestra meta es reducir casi a cero las muertes a fines de 2015,” dijo Ray Chambers, el Enviado Especial del Secretario General de la ONU sobre el Financiamiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para la Salud y para la Malaria. “Es imposible alcanzar este objetivo a menos que el Fondo Mundial tenga una reposición de fondos de al menos US$15.000 millones”. Lucy Chesire, una defensora de la causa contra la tuberculosis y el VIH en Kenya que representa a las comunidades afectadas por las tres enfermedades, se refirió a “la alegría y la esperanza” que el Fondo Mundial había llevado a las comunidades a lo largo y ancho de África desde que se fundara. Añadió que la opción que se les presenta a los donantes es clara: invertir ahora o pagar para siempre.