
Mujer, viuda y cabeza de familia, Halima reunía en una sola persona todos los requisitos para formar parte de las negras estadísticas del hambre y la pobreza en Etiopía. Pero esta mujer no quiso conformarse
En Manos Unidas y durante todo el 2013 denunciamos que «No hay justicia sin igualdad» y este mes de octubre, mes en el que se celebran los días de la Alimentación y la erradicación de Pobreza, nos hemos trasladado a Etiopía, a la región de Afar, en la frontera con el Tigray.
Allí, nuestra “MIrada a la Igualdad” se ha detenido en la comunidad de Mawo, donde hemos conocido a Halima Abdala, una valiente mujer musulmana, que en una sociedad dominada por los varones, ha sido capaz de romper una tradición ancestral en algunas zonas de Etiopía, que impide arar a las mujeres propietarias de tierras. Manos Unidas trabaja, junto a sus socios locales de la Diócesis de Adigrat, y con el apoyo financiero de la AECID, por erradicar esta costumbre tan fuertemente arraigada.
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