Biocultura Sevilla viste a la moda y sostenible

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humania biocultura sevilla feb2016

El algodón ecológico y el textil orgánico en general es otro de los subsectores que, tanto dentro de BioCultura como fuera de la feria, están creciendo. Todavía es un sector pequeño, pero está todo por hacer y eso significa buenas noticias para presuntos inversores y ecoemprendedores. En España, algunas firmas pioneras están rompiendo el hielo. Algunas de ellas estarán en BioCultura Sevilla, que se celebra en FIBES del 26 al 28 de febrero..

Hasta el año 2000, el mercado de algodón orgánico y ecotextiles lo conformaba un puñado de grandes empresas comprometidas (Patagonia, OTTO, Coop, Nike, Hess Natur), junto con una amplia gama de pequeñas y medianas empresas textiles y de confección. Desde entonces, muchas nuevas marcas y minoristas han iniciado programas de mezclamiento con algodón orgánico o programas de conversión. El número de pequeñas y medianas empresas que se incorporan al mercado de algodón orgánico también ha experimentado un rápido crecimiento, y su número actual se calcula en unas 3.000. Pero desde BioCultura la apuesta es por aquellas empresas que tienen una visión holística del asunto. No sirve de nada que una empresa tenga una línea de algodón orgánico si, al mismo tiempo, produce millones de productos devastadores para el medio ambiente y utilizando a una mano de obra en semiesclavitud. Las empresas de textil “bio” que están en BioCultura tienen una visión que va más allá de los “lavados de cara” o del rendimiento a corto plazo.
NO SÓLO ROPA
En el mercado existe una interesante variedad de alternativas a la hora de adquirir piezas de ropa de cama y de baño que en su composición llevan fibras que no han sido tratadas con sustancia química alguna. Hablamos de toallas, albornoces, ropa de cama. Y, de la misma manera que no todo lo orgánico son camisetas o faldas, tampoco todo lo ecológico es algodón. Ya tenemos prendas orgánicas en lino, cáñamo, lana… Algunas firmas apuestan por la fibra de bambú, una planta gramínea que crece y se regenera con gran facilidad sin recibir ninguna ayuda química. Su peculiaridad reside en que es, de forma natural, resistente a pestes y plagas, además de requerir poca cantidad de agua para su formidable desarrollo. Los brotes de bambú se trituran en origen hasta formar una pasta muy homogénea, la cual es tratada para transformarla en fibras. Sus propiedades antibacterianas incrementan su valor. Además, es mucho más sostenible que el algodón. Por esta razón, las personas con problemas dermatológicos pueden mejorar el cuidado de su epidermis utilizando sábanas y toallas elaboradas con este material, incluso si padecen dermatitis extremas como la psoriasis.

MODA VERDE
Tendemos a pensar que la moda ecológica es muy sostenible pero poco atractiva. Esto no tiene nada que ver con la realidad. Lo respetuoso con el medio ambiente puede ser tan bello, delicado, resistente o atractivo como sus homónimos convencionales. La doctora Kirsten Brodde, experta en moda verde, ha señalado al respecto: “Sólo por ser ecológica, la moda verde no es menos moderna. Ya hay muchas estrellas que la llevan sin reparos. Supermodelos, actrices y cantantes de rock están abiertamente a favor de la moda verde». Y también advierte: “A los clientes les resulta hoy más fácil mudarse a la ropa ecológica de pies a cabeza, aunque todavía suponga tener que buscar mucho. Alrededor de 20 Concept Stores en toda Alemania se han especializado exclusivamente en moda verde”.
PRECIOS Y DISTRIBUCIÓN
Las economías de escala, la creciente eficacia de la cadena textil de algodón orgánico y las políticas de precios de las distintas empresas han conseguido que los artículos 100% algodón orgánico sean ahora mucho más accesibles para los consumidores que antes, cuando solían venderse a precios elevados como artículos exclusivos. Ahora pueden adquirirse también prendas de algodón orgánico a precios que se sitúan en los niveles medio y bajo del mercado, lo que los hace más asequibles para el consumidor medio.

MODA ORGÁNICA
UN SECTOR AL ALZA

En la primera edición de BioCultura Madrid en 1985 acudieron 40 empresas y 15.000 visitantes. Era el principio de un proyecto de futuro que ha ido creciendo y desarrollándose año a año. La feria ha crecido al ritmo que lo han hecho los diferentes sectores que la conforman. Podría decirse que BioCultura es el latido de la producción ecológica. En este momento son ya 800 empresas las que participan y alrededor de 70.000 visitantes en Madrid. Pero BioCultura no solo ha crecido sino que se ha diversificado y ahora se celebra también en Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla, este año por primera vez. Pero en la primera edición de la feria en Madrid, en plena explosión de “la movida”, no había ni una sola empresa dedicada a textil certificado. Hoy, ya se cuentan por decenas en la edición madrileña, se organizan pases de moda ecológica, hay debates continuos sobre el tema y grandes empresas del sector textil envían a “espías” que acuden a BioCultura a husmear qué se está cociendo en este subsector. Como hubiera dicho Dylan, “los tiempos están cambiando”. En la primera edición de BioCultura Sevilla también hay presencia de moda orgánica que, en próximas ediciones, crecerá muy notablemente, porque el sector está en plena expansión.