Invertir en salud para conseguir desarrollo sostenible

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De vez en cuando aparece una noticia que capta nuestra atención. En un número reciente de la revista The Lancet, una de las principales publicaciones médicas del mundo, varios líderes mundiales firmaron conjuntamente un artículo en el que explicaban los enormes avances en desarrollo que pueden obtenerse si se coloca a la salud en el centro de las iniciativas de desarrollo. El artículo, titulado A Healthy Perspective: the Post-2015 Development Agenda fue escrito por líderes de varias organizaciones dedicadas al desarrollo: Seth Berkley de Alianza GAVI, Margaret Chan de la OMS, Mark Dybul del Fondo Mundial, Keith Hansen del Banco Mundial, Anthony Lake del UNICEF, Babatunde Osotimehin del UNFPA, y Michel Sidibé del ONUSIDA.

“Una población sana es condición indispensable para el desarrollo. Un aumento de un año en la esperanza media de vida puede incrementar el producto interior bruto en un 4%”, escribieron en el artículo. Invirtiendo en salud y ampliando el acceso a la inmunización, por ejemplo, pueden revitalizarse las economías de los países pobres. Este efecto puede atribuirse al hecho de que “las personas sanas son más productivas, ganan más dinero, ahorran más, invierten más y trabajan más tiempo”. Lo contrario también es cierto ya que las personas enfermas comportan un elevado costo para sí mismas y para sus países. A modo de ejemplo, el Banco Mundial calcula que la carga de malaria supone un costo para África de US$ 12.000 millones al año. Cuando faltan dos años para que se cumpla el plazo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, es preciso reconocer el cumplimiento de los objetivos mundiales establecidos en 2000 para transformar la salud mundial y, en última instancia, el desarrollo mundial. “Hay menos niños que mueren y que presentan un peso inferior al normal. Cada año hay menos personas contagiadas por el VIH y menos mujeres que mueren en el parto”, sigue diciendo el artículo. Esta mejora de resultados es fundamental para promover el desarrollo sostenible. “El desarrollo sostenible se basa esencialmente en que las personas tengan la posibilidad de influir en su futuro, reclamar sus derechos y expresar sus preocupaciones”.