
El director general de la ONCE, Ángel Sánchez, ha recogido el galardón correspondiente al Premio Max de Teatro Aficionado 2013, con el que la SGAE, a través de la Fundación Autor, ha reconocido a los grupos de teatro de la ONCE.
El pasado 10 de abril, el comité organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas, que otorga la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) a través de la Fundación Autor, hacía pública su decisión por unanimidad de conceder el Premio Max Aficionado 2013 a los grupos de teatro de la ONCE, por su contribución al fomento del teatro amateur, la creación de nuevos públicos y la promoción de las Artes Escénicas durante más de 25 años.
Para la ONCE, este premio “tiene una valor especial-según ha expresado el propio director general-porque lo recibimos de un grupo de profesionales del mundo de las artes escénicas que han querido reconocer a sus compañeros amateur que hacen teatro, sin tener en cuenta las diferencias, y que son capaces de llegar al corazón del público”.
Durante la entrega de galardones, Ángel Sánchez ha estado acompañado por algunos de los directores de esos 29 grupos de teatro que han recibido el premio. Entre ellos, por ejemplo, el director de los grupos de Baleares, Bernat Pujol, y la de los de Almería, Loreto Suárez (dos de los directores más veteranos), para quienes la concesión de este premio “es un reconocimiento a esos 25 años de trabajo por el bien de las personas con discapacidad, porque los actores llegan a alcanzar un nivel muy disciplinado, que el público agradece. Los actores lo dan todo de una forma desinteresada y recibir un premio así es de una gran relevancia para ellosy un aliciente para seguir dándolo en el futuro”.
El teatro como medio integrador
En 2013 la ONCE cumple su 75º aniversario. Desde su creación en 1938, ha crecido como institución prestadora de servicios hasta convertirse en un referente internacional en la atención integral de las personas ciegas y deficientes visuales y en su inclusión social. En el caso de las Artes Escénicas, la ONCE se ha centrado en que sus afiliados disfruten del hecho cultural, como agentes creadores, y no solo como meros espectadores.
Según ha explicado el director general de la ONCE “hace 25 años que estamos trabajando y peleando para que nuestros grupos de teatro estén en el circuito cultural amateur con los demás grupos, compartiendo escenarios, con el mismo público y los mismos retos. Nuestros actores se enfrentan a los mismos miedos, individuales y colectivos, y los superan como los demás actores, con su fuerza interior y con mucha ilusión”.
Una representación teatral constituye para una persona ciega o deficiente visual un reto de superación personal y es un modo de enfrentarse a las propias limitaciones de sentirse uno más. Además, cuenta con evidentes beneficios: la movilidad, la educación del gesto, la postura, la seguridad, la autoestima, el reconocimiento, la integración grupal y social y la autonomía personal, que crece paralelamente a su grado de inclusión en la sociedad.
Sin abandonar su carácter amateur, la ONCE ha tratado de dotar a estos grupos con el rigor técnico y profesional necesarios para la consecución de sus objetivos. En la actualidad, cuenta con un total de 365 actores y actrices en 29 compañías a lo largo de la geografía española. Entre ellos, Homero, en Sevilla; Muxicas, en Orense; Sa Boira, en Baleares; Antígona, en Las Palmas de Gran Canaria; La Balandra, en Cartagena; Egar Show, en Terrasa; Samaruc Teatre, en Valencia; Orozú, en Cádiz; La Porciúncula, en Badajoz; Valacar, en la Coruña; La Luciérnaga, en Madrid u Oroimenak, en San Sebastián. Asimismo, organiza también jornadas de formación teatral y promueve investigaciones y publicaciones especializadas que acercan la discapacidad visual al teatro y viceversa.