El documental «LOS OLVIDADOS DE LOS OLVIDADOS. LA HISTORIA DE MILES DE ENFERMOS MENTALES Y UN LOCO» ha ganado el Gran Premio de Documental de Autor de la URTI (International Radio and Television Union). Se trata de la primera vez que un documental realizado en España gana este galardón, que se entregó ayer en el marco delFestival de Televisión de Montecarlo.
La película de Carles Caparrós ha sido seleccionada entre 317 documentales presentados por cadenas de televisión y organizaciones audiovisuales de 83 países como finalista de. Y en la final de este Gran Premio, que cuenta con el apoyo de la UNESCO, competía con nueve documentales más que han sido visionados por el jurado, presidido por Youssou N’Dour y compuesto por responsables de cadenas de televisión públicas de 19 países.
«LOS OLVIDADOS DE LOS OLVIDADOS» también ha sido premiado con el Globo de Oro en el World Media Festival de Hamburgo, Premio del Público al Sole Luna Festival de Palermo, Mejor Largometraje en el FICEE de Ciudad Rodrigo y es el premio de Televisión de la 24ª edición del concurso organitzado por Mans Unides. Asimismo, ha sido seleccionado en prestigiosos festivales de alrededor del mundo, com el Globians de Berlín, el One World de Praga y el DocsDF de México, entre muchos otros.
Sinopsis
Hombres, mujeres y niños, encadenados, muchos a la intemperie, privados de comida y agua, algunos de ellos azotados regularmente o abandonados en las ciudades por sus propias familias… Esta es la situación en la que se encuentran la mayoría de los enfermos mentales africanos y así lo muestra «LOS OLVIDADOS DE LOS OLVIDADOS», una película coproducida por la productora AIGUA FILMS, TVE y CHELLO MULTICANAL (ODISEA), con la colaboración de Televisió de Catalunya y el ICEC.
A partir de la impresionante historia de un hombre, GRÉGOIRE AHONGBONON, un reparador de neumáticos africano que un día decidió dedicarse por completo a una misión: rescatar, curar y reinsertar a la sociedad a los olvidados de los olvidados, a los enfermos mentales de África; el documental muestra una realidad desconocida incluso por la mayoría de africanos, ya que les familias lo esconden por vergüenza o superstición.
