Greenpeace exige a los gobiernos que dejen de negociar para la industria fósil y asuman su responsabilidad climática internacional

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En el día en que debería terminar la cumbre climática de Varsovia, Greenpeace considera que algunos gobiernos han permitido a la industria del carbón y del petróleo marcar el ritmo de la negociación climática internacional en la COP19. La organización ecologista, que ayer, al igual que otras ONG, se marchó oficialmente de la cumbre como protesta ante la creciente influencia de este sector fósil en las negociaciones, ha puesto de manifiesto la necesidad de seguir intensificando el movimiento social para para evitar que el año que viene se repita esta situación.
«Esta cumbre ha sido una farsa. Se suponía que veníamos a intensificar los compromisos de reducción de emisiones pero no solo no hemos avanzado en este sentido sino que hemos ido para atrás con Japón reduciendo su compromiso de reducción de emisiones, Australia retractándose de su legislación climática y Brasil aumentando un 28% su tasa de deforestación. Esta situación y la falta de financiación climática está generando graves riesgos para los más afectados que están, en su mayoría, entre los más pobres de la población mundial» ha declarado Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional.  
Naidoo ha apuntado la necesidad de que todos los países asuman su parte del esfuerzo y ha recordado que «con el poder llega también la responsabilidad, algo que no hemos visto en algunos gobiernos -tanto del norte como del sur- que han dado la espalda a sus ciudadanos y han dejado a la industria más contaminante marcar la agenda de la negociación climática internacional».
Greenpeace ha puntualizado que seguirá trabajando entorno al proceso de negociación climática de Naciones Unidas y va a intensificar su trabajo a nivel nacional para que los gobiernos estén preparados para presentar sus compromisos de financiación y de reducción de emisiones en la cumbre de Jefes de Estado que Ban Ki-Moon celebrará en septiembre o, como muy tarde, en la cumbre climática de Lima. La organización ecologista se ha referido expresamente a China, Estados Unidos y la Unión Europea como los mayores emisores que deben estar a la altura de este reto global.
En este sentido, ha pedido a la UE que alinee sus compromisos de reducción de emisiones pre y post 2020 con las recomendaciones científicas y que aborde la reforma estructural del Sistema Europeo de Comercio de Emisiones para que el mismo sirva al objetivo para el que fue creado: desviar las inversiones de las fuentes energéticas hacia las renovables y la eficiencia, las únicas herramientas efectivas para frenar el calentamiento global.
Aida Vila, miembro del equipo político de Greenpeace en la cumbre de Varsovia, se ha referido a la recomendación reciente del panel de científicos de Naciones Unidas de dejar la mayor parte de las reservas conocidas de combustibles fósiles en el subsuelo para estar en la trayectoria de evitar los peores impactos del cambio climático. En este sentido, ha resaltado las contradicciones entre el discurso del ministro Arias Cañete en la cumbre de Varsovia y la política energética nacional: «Mientras el ministro Cañete habla en la COP19 de asumir compromisos de reducción de emisiones ambiciosos, en España se penalizan las energías renovables y el autoconsumo, se promueven las perforaciones petrolíferas en aguas profundas y el fracking y, por si alguien se atreve a quejarse, se tramita una ley de ‘seguridad ciudadana’ manifiestamente inconstitucional».
El Director del equipo político de Greenpeace en la cumbre de Varsovia, Martin Kaiser, se ha referido al papel que debería jugar China, un país que «pese a estar haciendo importantes avances nacionales para reducir la contaminación de las centrales térmicas y potenciar el desarrollo de las renovables, no se muestra dispuesto a asumir la misma responsabilidad a nivel internacional». Kaiser ha hecho también un llamamiento a Brasil para que «al margen de promover principios esenciales como el de responsabilidad histórica, asuma la parte de responsabilidad que le toca por las emisiones presentes y las que se derivan de la deforestación» .