El huracán desigualdad

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Setenta y cuatro ciclones tropicales han afectado a la República Dominicana desde 1873. El promedio es de uno cada dos años, el mismo tiempo que puede tomarle a una familia recuperar por completo los cultivos, el ganado o cualquiera de los medios de vida que haya perdido tras el paso de una tormenta. Pero el más destructivo de todos los desastres que afectan a la isla es la desigualdad.

Con tu ayuda podremos hacer posible que las familias dominicanas cuenten con refugios donde poner a salvo a los animales que les dan leche y carne, construyan huertos en terrenos elevados para tener verduras a pesar de las inundaciones y reciban semillas de ciclo corto para obtener cuanto antes una nueva cosecha.

Con 49€ construiremos un refugio para los animales de una familia dominicana. Con 150€ entregaremos un kit de herramientasa cinco familias dominicanas.

Contribuye a que 24.250 dominicanos y dominicanas no tengan que empezar desde cero después de cada huracán.

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Los desastres no son naturales. Las lluvias y las tormentas sí, pero sus efectos sobre la vida de las personas pueden evitarse; o al menos reducirse, y mucho. Eso lo sabe bien Flor Deli Cabrera, productora de leche y dirigente de la Federación de Campesinos Independientes Mamá Tingó, que a sus 54 años presume de recordar cada uno de los huracanes que han azotado a su comunidad, Las Terreras, en la provincia de Azua:

«Los recuerdo todos desde que tengo uso de sentido. En el huracán David, en 1979, perdí las vacas; lo mismo con Olga y Noel en 2007».


Flor Deli no habla con tristeza, sino con el temple de quienes llevan toda su vida volviendo a empezar, sacando fuerza de donde parece no haberla. «En 2012, el huracán Sandy nos dejó sin nada de la noche a la mañana, pero nos levantamos y luchamos por la comunidad, porque eso siempre vale la pena», asegura. Ella habla también con la esperanza y el poder que nacen de su capacidad (y de la de su gente) de salir adelante.

Pero el más destructivo de todos los desastres que afectan a la isla es la desigualdad: el 42,2% de la población dominicana es pobre aunque el crecimiento económico del país supera al de la región latinoamericana. ¿Por qué? Gracias al turismo, la minería y la exportación de azúcar, la economía ha crecido de manera sostenida durante las últimas décadas, pero también lo ha hecho la brecha social. Cada vez hay menos gente que tiene mucho y más gente que tiene poco, debido a la escasa inversión pública, el debilitamiento del Estado y la ausencia de políticas económicas y fiscales que redistribuyan la riqueza. Ahí nace la verdadera tragedia.

Cuando es desigual el acceso a la salud y la educación, a la vivienda digna y a los recursos productivos es cuando miles de personas, como Flor Deli, quedan sobreexpuestas a huracanes, tsunamis y otras amenazas a las que se enfrenta el país. Esa injusticia, como los desastres, tampoco es natural.

 

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