· Una dosis alta de radiación tras la quimioterapia y la cirugía no incrementa la supervivencia
· La proteína PD-L1 se perfila como una posible diana para la inmunoterapia
Madrid, 29 de septiembre de 2014.–En pacientes con mesotelioma pleural maligno, la radioterapia a dosis altas tras el tratamiento con quimioterapia o la cirugía no logra alcanzar mejoras en la recidiva local del tumor ni en la supervivencia global, según los datos de un ensayo prospectivo aleatorizado en fase II presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica 2014 celebrado en Madrid.
“El mesotelioma sigue siendo una enfermedad en la que nos resulta difícil encontrar opciones que mejoren el tratamiento, por ello en este estudio nos preguntamos si aumentando la dosis de la radioterapia hemitorácica disminuiríamos la tasa de recidiva local o retrasaríamos su aparición tras la quimioterapia y la cirugía”, explica el investigador principal Dr. Rolf A. Stahel, de la Clínica y Policlínica de Oncología, Hospital Universitario de Zurich, en Suiza, y actual presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).
El ensayo multicéntrico contó con 153 pacientes con mesotelioma pleural maligno tratable quirúrgicamente, quienes en primer lugar recibieron tres ciclos de quimioterapia con cisplatino y pemetrexed, seguidos de una cirugía para extirpar el tejido pulmonar afectado, con el objetivo de eliminar completamente las áreas cancerosas del pulmón.
En una segunda parte del estudio, los investigadores asignaron aleatoriamente a 54 pacientes para recibir o bien radioterapia, o ningún tratamiento adicional, siendo el objetivo principal la supervivencia libre de recaída.
Aunque existía evidencia preliminar para sugerir que la radioterapia podía mejorar los resultados, el estudio no logró encontrar diferencias en cuanto a la supervivencia libre de recaídas entre pacientes tratados adicionalmente con radioterapia y aquelllos que no la recibieron.
El Dr. Stahel apunta que los investigadores esperaban unos datos más positivos de este estudio: “Nuestro objetivo era lograr retrasar 6 meses las recidivas locales, un periodo que hubiera sido significativo ya que se trata de un tratamiento muy agresivo para los pacientes”.
En resumen, el Dr. Stahel recalca que “los datos demuestran que, como en otros tumores sólidos, cuando dos tipos de tratamiento no son suficientes, es muy raro que una tercera modalidad aporte algún beneficio”.
Teniendo en cuenta los resultados, el Dr. Paul Baas, del Departamento de Oncología Torácica, del Instituto del Cáncer de los Países Bajos, en Amsterdam, sostiene que “el tratamiento combinado de quimioterapia seguida de cirugía y de altas dosis de radiación en el pecho es uno de los aceptados por los pacientes en mejor forma física, si bien se asocia a una mayor morbilidad”.
“El estudio de Stahelet al.indica que la radiación no contribuye a mejorar el tiempo de recurrencia de la enfermedad”, añade el Dr. Baas.
Sin embargo, subraya que los resultados no llevan a la conclusión de que la radiación adyuvante no tenga ningún papel en este contexto, señalando que se trata de un ensayo en fase II y ,por lo tanto, puede no ser conclusivo, puesto que la selección de pacientes con patología, estadíos y respuesta diferentes podría influir en el resultado. “Los tiempos están cambiando también para el modo en que la terapia radiada se puede administrar al paciente, por lo que nuevos enfoques (radiación de intensidad modulada) podrían mejorar el control local y reducir la toxicidad”, añade.
¿Es el PD-L1 una posible diana inmunoterápica para el mesotelioma?
Un segundo estudio presentado en el Congreso ESMO 2014 sobre mesotelioma, demuestra que cerca del 20% de los pacientes con mesotelioma pleural maligno tiene células tumorales que expresan la proteína PD-L1 (siglas de ligando 1 de muerte celular programada), asociada a peor pronóstico.
Los resultados sugieren que esta población de pacientes podrían ser tratados con terapias dirigidas a la PD-L1, según los investigadores.
La proteína PD-L1 –que es parte de la vía inmune PD-1/PD-L1- está activa en diferentes tipos de cánceres humanos en los que interviene suprimiendo la respuesta inmune antitumoral y, por lo tanto, dificultando la capacidad del sistema inmune para atacar el cáncer.
Los tratamientos que bloquean esta vía están mostrando resultados prometedores en otros tipos de tumores malignos, como el melanoma y el cáncer de pulmón, lo que ha llevado a los investigadores a preguntarse si esta misma vía podría estar activa en el mesotelioma pleural maligno.
“Hemos demostrado que la PD-L1 está expresada en el 20% de los pacientes con mesotelioma pleural maligno y se asocia a peor pronóstico, lo que sugiere que esta vía podría ser atacada con inhibidores PD-1/PD-L1”, indica la autora del estudio Dra. Susana Cedres, del Instituto Oncológico del Vallés Consorci Hospitalari Parc Tauli, Barcelona, Spain.
Los investigadores analizaron muestras de tejido de 119 pacientes con mesotelioma pleural maligno usando una tinción anti-PD-L1. La intensidad de la expresión de PD-L1 se midió en una escala de 0 a 3 –significando 0 ninguna expresión; 1 expresión significativamente débil; 2 moderada; y 3 fuerte – y después se comparó la puntuación con los datos de supervivencia y la evolución de estos pacientes.
Se encontró que el 20,7% de los pacientes expresaban el PD-L1. De estos, un 18,7% presentaba una expresión fuerte del PD-L1; un 25%, moderada, y el 56,2% restante demostró una expresión débil del PD-L1.
Cabe destacar que los pacientes que no expresaban el PD-L1 sobrevivieron alrededor de 11 meses más que los pacientes que dieron positivo a la expresión de PD-L1 (mediana de supervivencia 4,79 vs. 16,3 meses).
Factores como el género, el tabaquismo, la exposición al amianto y el estadío de la enfermedad no influían en el hecho de que el paciente expresara PD-L1, pero los investigadores han encontrado que la expresión de la proteína era más común en tumores no epiteliales en comparación con los epiteliales.
“Los resultados de nuestro estudio podrían ofrecer un nuevo tratamiento a esta población de pacientes, el subgrupo de mesotelioma pleural maligno que expresa PD-L1 y que puede ser tratado con terapias dirigidas a PD-L1”, apunta la Dra. Cedres.
Al comentar los dos estudios, el Dr. Baas apunta que encontrar un buen tratamiento para el mesotelioma es un reto desde hace muchos años y hasta ahora ha dado lugar a muchas decepciones, por lo que hay una necesidad de investigar sobre nuevas alternativas como el uso de inhibidores de los puntos de control inmunitario que se dirigen a la vía PD-1/PD-L1.
“Los resultados de la Dra.Cedres y sus compañeros son importantes porque pueden ayudar a seleccionar a los mejores pacientes para este tipo de terapias (costosas)”, aclara el Dr. Baas.
Todavía quedarían por abordar cuestiones fundamentales como la identificación del mejor anticuerpo y de la mejor plataforma para encontrar tumores con un aumento de la expresión del PD-L1. “Queda claro con estos dos estudios que todavía tenemos un largo camino que recorrer, pero que con una mejor selección de pacientes, mejores técnicas en radioterapia y nuevos tratamientos inmunoterápicos podremos combatir esta terrible enfermedad”, concluye el Dr. Baas.
























