14.000 euros para no perder la sonrisa ante el cáncer infantil

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Más de 150  personas mayores entregan un talón solidario a la Fundación Aladina con lo recaudado en el reciclaje de objetos  

 

–  Los residentes de los doce centros residenciales de Ballesol en Madrid  se han convertido en artistas para elaborar collares, pendientes, broches, muñecas…  reutilizando cápsulas de Nespresso, latas de refresco, fregonas, papel y cartón.

 

–  Lo recaudado por los residentes en los mercadillos solidarios irá destinado a  las terapias lúdicas para “cuidar el espíritu y el estado anímico de los niños enfermos de cáncer de la Fundación Aladina”

 

Más de 150 personas mayores de doce residencias de Madrid han hecho entrega de un talón de 14.000 euros a la Fundación Aladina para que los niños enfermos de cáncer puedan seguir mejorando su estado anímico y calidad de vida. Todo lo recaudado en esta iniciativa solidaria irá destinado “al programa de voluntariado,  terapias lúdicas y apoyo psicológico, que la fundación tiene en marcha en varios hospitales públicos de la Comunidad de Madrid”, aseguran desde Grupo Ballesol y Aladina, impulsores de este proyecto.

Motivados por una de las frases más  inspiradoras sobre la solidaridad: “Los grandes triunfos de la humanidad se lograron en conjunto”, más de 150 residentes de los doce  centros residenciales de Ballesol en la Comunidad de Madrid  han dedicado todo un año a recaudar fondos para ayudar a los niños y adolescentes enfermos de cáncer de la Fundación Aladina.

Todas estas personas mayores han colaborado de manera voluntaria y altruista en los talleres de laborterapia y manualidades elaborando todo tipo de objetos a partir de materiales reciclados. Así, han sido capaces de reutilizar las cápsulas de Nespresso para convertirlas en broches y pulseras, reciclar cartón y papel para moldear, monederos y pequeños bolsos… un arte que “con mucha imaginación, interés y algo de maña”, aseguran,  les ha servido para reutilizar también fregonas o pinzas, y convertirlas en “bellas muñecas de trapo y fieltro” que posteriormente han vendido en los mercadillos solidarios en cada uno de los doce centros residenciales.

 El proyecto, creado y desarrollado por los propios residentes, ha contado con la colaboración del equipo de Animadores Socio Culturales de Grupo Ballesol, que constata los beneficios de este tipo de iniciativas “que independientemente de las capacidades cognitivas o motrices de cada residente, ha posibilitado el aumento de la autoestima, satisfacción y el  protagonismo de su propio envejecimiento activo y saludable”, afirma Luis López, coordinador de Animación socio-cultural de Grupo Ballesol.

Ejemplo intergeneracional

Con esta iniciativa intergeneracional entre los residentes de Ballesol y los niños y adolescentes enfermos de cáncer también se va a conseguir mejorar los espacios de ocio y descanso en estos hospitales, con el deseo de que las estancias sean menos duras y monótonas. El apoyo de todas las personas mayores también hará posible que muchos de los sueños de los más de 1.800 niños y familias, que anualmente atiende la Fundación Aladina, se pueda hacer realidad. “Ayudar a los más pequeños es lo más gratificante que podemos hacer en nuestra vida”, recuerdan este grupo de residentes de Ballesol.

 

Sobre Fundación Aladina

La Fundación Aladina, www.aladina.org, es una entidad privada sin ánimo de lucro creada en el año 2005 que ayuda a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias proporcionándoles apoyo integral: material, psicológico y emocional. Esta iniciativa surge de la experiencia personal de Paco Arango, que a lo largo de 5 años acudió semanalmente como voluntario al Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.