Una cooperativa de trabajadores con discapacidad psíquica recibe 2000 visitas de enoturismo al año

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L’Olivera no es una utopía.

Lo era, pero ha conseguido su propósito. Es una realidad, aparentemente imposible, que crece y mejora cada día. La cooperativa de vinos y aceite de Vallbona de les Monges (Lleida) nació hace ya 40 años. Entonces, un grupo de personas comprometidas con la tierra y los fines sociales decidieron instalarse allí, trabajar en la promoción social de las personas con discapacidades psíquicas, y ofrecer alternativas económicas desde y para la zona.

40 años de ejemplar experiencia

Hoy, además de vender vino y aceite, ofrecen visitas guiadas, catas de esos dos productos y una comida entre viñedos ecológicos.
“Estamos a 125 kilómetros de la ciudad. Es la Catalunya pobre”, explica Carles de Ahumada, director de la cooperativa y enólogo. “ Habla frente a un grupo de gente en Bruselas, en la presentación de Cooproute, la ruta de las cooperativas de Europa.La experiencia de estos 40 años ha sido ejem plar, y por eso van explicando el trayecto en conferencias.

Llegar hasta donde llegaron no fue fácil. La crisis económica de 1980 hizo tambalear la cooperativa. “Después de unos cuántos estudios vimos que debíamos invertir, ser capaces de generar recursos, con viñas y olivos, con valor añadido”. Optaron por invertir todos los beneficios en generar empleo.

Oleoturismo y enoturismo en auge

El turismo entró en la cooperativa de la mano de las redes que se iban armando para ayudar a que la cooperativa saliera adelante.

Hoy reciben entre unas 2000 visitas de oleoturismo y enoturismo cada año (aunque no todas hacen el recorrido, sino que simplemente compran).

 

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