La ARDF, Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo, ha creado un Manual de Exhumaciones para asesorar sobre las buenas praxis en todos los trabajos a desarrollar antes – durante y después de las exhumaciones.
Está creado en asesoramiento por muchos especialistas en los diferentes temas, unos han permitido la publicitación de sus nombres otros no, por evidencias claras.
La única motivación y causa que nos ha llevado a su creación, ha sido la protección de las víctimas del franquismo, tanto vivas como fallecidas.
El argumento es muy sencillo, «protección» y facilitar la labor a los responsables de llevar a cabo los trabajos, a los antropólogos, arqueólogos, médicos, antropólogos forenses, investigadores, criminalistas, ..etc…, pero sobre todo a la Administración en general, para que sean ellos quienes con sus leyes, materiales y buena disposición permitan realizar el fin previsto de la forma más viable y cómoda, sin trabas, ni impedimentos fuera de lugar como ha pasado hasta la fecha en todas las comunidades.
Es un Manual de asesoramiento, mejorable, porque todo es susceptible de mejoras, como ocurre ahora mismo con las exhumaciones en protección de los desaparecidos, para acabar con los negocios particulares que se hacen con nuestros muertos, y por el hallazgo en el tiempo de familiares que su comentario más típico es aquello de «el abuelo murió en la guerra, y no sabemos dónde está». Acabar con esto, pero para ello es preciso guardar el respeto que se merecen, la sensibilidad que les hay que practicar mientras son recuperados, la protección in situ del ADN que conservan los restos óseos.
Tal y como se pronuncia el Protocolo de Exhumaciones del 2011, debe depurarse responsabilidades, y este Manual lo recoge, liberando de las mismas a los arqueólogos de funciones que no corresponden para su mayor productividad en su labor profesional.
Todavía seguimos exhumando bajo un mandado de la UE basado en excavaciones arqueológicas que nada tienen que ver con las exhumaciones de fosas comunes contemporáneas y con presencia de familiares en algunos casos, y de la búsqueda de su desaparecido en la gran mayoría de los mismos, y es por tanto, un cambio obligado acorde a los tiempos y a los restos mortales por investigar y exhumar, ya que precisan de un tratado especial de recuperación de sus restos mortales en toda regla y en todos los trabajos a realizar.
El tiempo hablará de los cambios sugeridos en el manual, pero esperamos que todos aquellos que respetan a los desaparecidos simplemente por deberse a ellos lo cumplan, sobre todo, porque cuesta más bien poco el llevar a cabo una buena praxis por el bien general nuestro, de nuestros muertos y sus familiares, tanto actuales como los que se hallarán en el futuro.
Enlace al Manual:
























