Etiopía: el riesgo de una nueva sequía amenaza la recuperación

1201
©FAO/ Tamiru Legesse

La FAO asiste a los grupos pastoriles de las regiones del sur ante la falta de lluvias tras la grave situación creada por El Niño

Tras la peor temporada agrícola en décadas, una nueva sequía en varias zonas del sur de Etiopía puede poner en peligro el restablecimiento de la seguridad alimentaria en el país africano, a menos que se hagan esfuerzos urgentes para sostener a las familias vulnerables en las zonas rurales, según alertó hoy la FAO.

Si bien un enorme esfuerzo humanitario liderado por el gobierno ha reducido drásticamente el número de víctimas del hambre durante la peor sequía en 50 años, el legado de El Niño del año pasado y la escasez de lluvias durante una temporada vital plantean ahora nuevas amenazas, especialmente para las comunidades pastoriles que se enfrentan a la falta de forraje y de agua en las regiones del sur.

Salvaguardar los logros recientes pasa por apoyar los medios de subsistencia de los hogares debilitados, que perdieron o tuvieron que vender ganado y otros activos, incrementando a menudo las deudas familiares para hacer frente al peor fenómeno de El Niño en la historia moderna.

Unas medidas eficaces y oportunas han reducido el número de personas que necesitarán ayuda alimentaria en 2017 a 5,6 millones, frente a casi el doble en agosto del pasado año, según el recién publicado Documento de necesidades humanitarias (HRD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, la seguridad alimentaria en 120woredas (distritos) ha empeorado desde julio, al tiempo que 86 woredas están entrando en su tercer año (desde diciembre de 2015) de situación de emergencia de máxima prioridad.

El recién aprobado HRD, elaborado conjuntamente por el Gobierno de Etiopía y organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y otros asociados para el desarrollo, abarca diversos campos, entre ellos la educación, el acceso al agua y la nutrición. El documento aconseja que la mayor parte de las necesidades del sector agrícola estén relacionadas con la asistencia a la ganadería para pastores y agropastoralistas: el sector requiere un total de 42 millones de dólares EEUU para llegar a 1,9 millones de hogares, principalmente en las regiones de pastoreo meridionales y sudorientales golpeadas este año por la sequía.

La sequía ataca de nuevo

Mientras que el norte y el oeste de Etiopía se llevaron la peor parte de El Niño, una nueva sequía afecta ahora a las zonas de pastoreo del sur y sureste del país, incluyendo las regiones de Oromia, Somali y de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNP), después de que las lluvias retrasadas y erráticas mermasen la disponibilidad de agua y pastos. Alrededor del 80 por ciento de los etíopes dependen de la agricultura y la ganadería para su sustento y una proporción aún mayor de la tierra cultivable del país depende de las lluvias estacionales.

Las precipitaciones por debajo de la media han afectado también a los países vecinos: Somalia y Kenya. Se espera que el impacto sobre la ganadería sea más grave a principios de 2017, con migraciones inusualmente tempranas, tasas de mortalidad excesivas y emaciación grave.

La FAO pide una respuesta inmediata para apoyar la seguridad alimentaria y la nutrición de las familias dependientes de los animales. Junto con la provisión de piensos complementarios, especialmente a lo largo de las rutas migratorias, se implementarán intervenciones específicas de reducción de la cabaña ganadera para que las comunidades pastoriles vulnerables tengan disponible carne rica en proteínas y sustentar los precios del ganado en los mercados locales. Los animales mal alimentados se reproducen con menos frecuencia, alargando el tiempo potencial requerido para reconstruir los rebaños. Para los hogares etíopes, reponer la cabaña tras la pérdida de la mitad de las vacas podría suponer unos cuatro años en condiciones normales.

Hacer frente a la fragilidad

A pesar de que la ayuda de la FAO se concentrará en las comunidades ganaderas, algunas zonas a lo largo del Valle del Rift -en especial en las tierras altas septentrionales y orientales- se enfrentan a una producción agrícola inferior a la media y por lo tanto reciben apoyo agrícola prioritario, ya que la recuperación llevará más tiempo del previsto. Los refugiados de Sudán del Sur y sus comunidades de acogida en la región de Gambella, se enfrentan a importantes problemas de disponibilidad y acceso a los alimentos, y es esencial que las familias puedan producir más alimentos.

Tras haber ayudado a 1,3 millones de agricultores y pastores afectados por la sequía provocada por El Niño en 2016, la FAO solicita ahora 20 millones de dólares EEUU para llegar a un millón de familias agrícolas, agropastoriles y pastoriles en 2017 con el objetivo de consolidar los avances del año pasado y evitar que los hogares vulnerables caigan aún más en la inseguridad alimentaria. El programa de la FAO busca, en particular, apoyar la producción agrícola, implementar actividades de respuesta de emergencia y resiliencia en el sector ganadero, reforzar los medios de subsistencia en las zonas de acogida de refugiados y fortalecer la coordinación, la información y el análisis.