La violencia que azota Malí está provocando el desplazamiento de muchas familias. Los más afectados, como siempre, mujeres y niños. Se ven arrancados de sus hogares, de sus vidas cotidianas y arrojados a una situación de carencia e indefensión.
UNICEF y sus aliados intentan paliar estas situaciones en la medida de sus posibilidades. Los centros acogedores para la infancia ayudan a recuperar la normalidad de sus vidas. Además UNICEF ha formado a muchas madres para que trabajen en estos centros de educación preescolar. Muchos ni tan siquiera habían asistido a un centro de este tipo.