¿Cómo medir el bienestar de una sociedad? Economía de la felicidad

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Recientemente se anunciaba con algarabía la revisión de las estimaciones de crecimiento del PIB -Producto Interior Bruto- para 2015 por parte del FMI hasta el 3,1%. Inmediatamente esa cifra, que por sí simplemente indica en cuanto se espera que aumente la producción de bienes y servicios en un determinado país en un año, pasó a interpretarse en términos de una mejora del bienestar.

 

Esta relación sin más entre PIB y bienestar es uno de los grandes fraudes de la   

economía

Un fraude cuya primera víctima es el propio PIB, si se me permite. Y ello porque el PIB, que es un indicador económico relativamente nuevo, no se creó con la finalidad de medir el bienestar, sino con la intención de conocer la situación de la economía de un país para poder diseñar la política económica más adecuada para alcanzar los objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios.

 

El problema es que, una vez disponible, el PIB se empezó a utilizar para cosas para las que no estaba diseñado, entre ellas la medición del bienestar.

El PIB no es un buen indicador de bienestar por distintas razones. En primer lugar, porque no todo lo que forma parte del PIB contribuye al bienestar automáticamente, como la inversión o las exportaciones, o gran parte del consumo -vinculado al trabajo, por ejemplo, o el que simplemente intenta compensar efectos negativos del propio crecimiento como el ruido o la contaminación –Bienes Defensivos-.

 

A partir de estas constataciones se ha intentado construir indicadores de bienestar con estrategias (y resultados) distintos:

(1) Adaptando el PIB para eliminar aquellos componentes del mismo que no aportan bienestar y sumar aquellos otros no incluidos en el PIB que sí contribuyen al mismo, pero manteniendo la métrica monetaria, esto es expresando el resultado final en unidades monetarias.

Esto  implica que todo lo que se meta en el indicador tendrá que estar valorado en dinero. El resultado será un indicador monetario de Bienestar.

(2) Seguir la estrategia anterior, esto es, quitar y poner cosas, pero sin obligarnos a valorar monetariamente todos aquellos  ítems que se incorporen.

El resultado sería un indicador no monetario de Bienestar.

Este tipo de indicadores facilita la introducción de cuestiones como seguridad, desigualdad, etc.

Estas dos líneas de trabajo han dado lugar a multitud de indicadores de bienestar. Ahora bien, una conclusión muy interesante de todos ellos es que, independientemente de cómo se construyan estos indicadores alternativos de bienestar, cuando se compara su evolución con la evolución del PIB el resultado siempre es el mismo: el bienestar siempre crece menos que el PIB, esto es, una parte muy importante del crecimiento no se refleja en aumento de bienestar.

 

Algunas buenas aportaciones al debate y sus resultados:

     Apéndice del VII Informe FOESSA sobre Exclusión Social:

Aproximación a la evolución del bienestar social en España durante el auge y la recesión. El Índice FOESSA de Bienestar Social (IFBS).

Una propuesta de un posible índice de bienestar, junto a la consciencia de sus limitaciones.

Fernando Esteve (2008)  Hedonismo y Eudemonismo: un camino de ida y vuelta por la nueva economía de la felicidad. Un repaso del enfoque de la Economía de la felicidad, también constatando sus limitaciones.

 

Mercedes Molpeceres (2008)

Métodos de aproximación para la medición del bienestar.

Un buen panorama de los distintos intentos de medición.

 

 

 

How´’s Life? 2013

La propuesta de la OCDE para medir la calidad de vida

a través de 11 indicadores.

Sumario en español

 

Quality of life indicators – measuring quality of life La propuesta de la Unión Europea sobre (8+1) indicadores de calidad de vida. Versión en inglés enriquecida con muchas referencias conexas.

 

Informe Stiglitz-Sen-Fitoussi (2009) Report by the Commission on the Measurement of Economic Performance and Social Progress. Informe de una comisión creada en Francia, con, entre otras grandes figuras mundiales, dos premios Nobel de Economía con sensibilidad social (en inglés).

Moderador: Rafael Muñoz de Bustillo Llorente
Universidad de salamanca