Los presupuestos generales del Estado para 2015 ignoran los derechos básicos de la mayoría

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La APDHA rechaza unos presupuestos profundamente antisociales

 

Los Prepuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno para el 2015, como indican todos los analistas, son claramente irreales, pues se basan en un escenario macroeconómico de previsión de crecimiento del 2% que ni siquiera comparte el Banco de España. Basar los presupuestos en un escenario que no va a cumplirse sólo conducirá a incrementar el actual ahogo social que padece la mayoría. Son presupuestos que profundizan en las políticas de austeridad y destrucción de lo público dictadas desde La Unión Europea, el FMI, la ODCE… pero, a la vez, responden a intereses partidistas y electorales y suponen un engaño a la ciudadanía.

Los prepuestos presentados continúan recortando derechos y prestaciones e incrementarán la pobreza y la penuria social que han provocado las políticas antisociales de los últimos años frente a la llamada crisis, que bien deberíamos llamar colosal estafa:

–        Así, en un país con más de cinco millones de parados, se reduce la partida destinada al desempleo nada menos que en un 15%. Ello sólo provocará un notable incremento de las personas paradas sin ninguna prestación y el número de familias que no perciben ningún ingreso. Pero es que las sucesivas reformas de la protección al desempleo llevada a cabo por el gobierno están dejando sin prestaciones a cada vez más personas.

–        Otro de los grandes dramas sociales, la vivienda, se ve “atendido” con un recorte de hasta un 26% con respecto al año anterior. Los 587 millones presupuestados para vivienda van en realidad casi totalmente destinados a pagar los créditos comprometidos.

–        Y hablando de “créditos”, de nuevo la partida destinada al servicio de la deuda pública consume nada menos que 35.000 millones de euros. La deuda superará en 2015 el 100% del PIB. Se pagarán casi 100 millones de euros al día en intereses de deuda, que nos recuerdan que el compromiso del Gobierno con los acreedores es superior al compromiso con sus propios ciudadanos.

–        Pese a la crítica situación social que han  provocado con sus políticas de recortes, pese a que cada vez son más las personas que viven en la pobreza o en la exclusión social, el gasto social permanece igual al del año pasado (aumenta un 0,7%).

–        Las pensiones suben un 0,25%. Dado que la previsión del IPC durante el año 2015 es del 0,6%, el poder adquisitivo de los pensionistas se verá reducido en un 0,35%.

–        La atención a la dependencia era una de las principales víctimas de los recortes en de los Presupuestos Generales del Estado de 2014. Para el próximo año, la partida sufre un tijeretazo del 46,7% y pasa de 2.205 a 1.176 millones de euros.

–        Se sigue ninguneando la cooperación al desarrollo, volvemos a niveles del año 1994, cuando se organizaron las acampadas del 0,7 en toda España. El Gobierno deja claro el “interés” del Gobierno en solucionar las necesidades que empujan a personas a saltar las vallas y ahogarse en el Mediterráneo.

–        Mientras los salarios de los funcionarios siguen congelados, los altos cargos de la administración verán incrementados sus emolumentos en un 3,2%.

–        El presupuesto para educación compensatoria baja un 90,2% respecto a 2014: de 53,6M€ a 5,25M€. ¿Qué interés tiene el Gobierno en ayudar a que los niños en situaciones de exclusión puedan ser personas libres y autónomas en el futuro? ¿Qué tipo de sociedad intentan modelar estos presupuestos?

En suma, para la Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, estos presupuestos no contemplan los derechos de las personas, incrementan la pobreza, desmontan en una actitud antisistema el Estado del Bienestar… y, frente a las reivindicaciones sociales, contestan negando el pan, dejando a la gente sin techo y condenando al paro sin prestaciones a una parte ingente de la sociedad.

Por todo ello, la APDHA rechaza con toda rotundidad unos presupuestos que no responden a las terribles dificultades que viven millones de ciudadanos en nuestro país, que, de nuevo, verán como sus derechos humanos son tirados a la papelera.