6 de cada 10 personas en el mundo (4.500 millones) no utilizan un servicio de saneamiento gestionado de forma segura, de las que 892 millones practican la defecación al aire libre
ONGAWA alerta de la autocomplacencia de los gobiernos y de la comunidad internacional de cara al logro de la meta de acceso universal al saneamiento antes de 2030. Dos años después de su aprobación por Naciones Unidas como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estamos lejos de poder alcanzarla. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, al ritmo actual habría que esperar hasta el año 2107 para que todas las personas del mundo tengan acceso a un saneamiento adecuado.
Para Alberto Guijarro, portavoz de ONGAWA, la falta de saneamiento conlleva tremendas consecuencias sobre la dignidad y la seguridad de millones de personas, especialmente mujeres, niñas y niños, así como graves efectos sobre la salud, la educación y el desarrollo de actividades productivas, limitando drásticamente sus oportunidades para salir de la pobreza.
El propio Banco Mundial ha señalado que solo en infraestructuras, sin contar operación y mantenimiento, haría falta tres veces la inversión actual para alcanzar antes de 2030 el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, el acceso universal al agua y al saneamiento, lo que evidencia un ritmo de avance totalmente insuficiente. Si no se pone remedio, el saneamiento puede ser una de las metas que queden más lejos de cumplirse, como ya ocurrió con los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En palabras de Alberto Guijarro, sabemos lo que hace falta para alcanzar el acceso universal al saneamiento (poner a las personas en el centro de las políticas e impulsar medidas efectivas y sostenibles orientadas desde un enfoque de derechos humanos), cuánto cuesta (solo en infraestructuras, unos 114.000 millones de dólares anuales de aquí a 2030, según el Banco Mundial) y quiénes deben actuar (todos los actores, empezando por los gobiernos).
ONGAWA considera que no se puede esperar más, que ahora es el momento de exigir compromisos políticos efectivos y suficientes. La cooperación española ha jugado en los últimos años un rol muy relevante en la promoción del acceso a agua y saneamiento, especialmente en América Latina, y debe seguir haciéndolo reforzando su contribución al logro de las metas de acceso universal al agua y al saneamiento. Entre las medidas necesarias para ello están las siguientes:
- Incorporar en el próximo Plan Director de la Cooperación Española el saneamiento, el agua y la higiene como sector prioritario desde un enfoque de derechos humanos
- Elaborar e implementar un Plan Nacional de contribución a los ODS en España y a nivel global, incluyendo la contribución al objetivo 6 de agua y saneamiento
- Destinar 1000 millones de euros para implementarlos en la próxima década en programas de agua, saneamiento e higiene priorizando las regiones y colectivos más vulnerables como África subsahariana, aprovechando la experiencia acumulada por la Cooperación Española a lo largo de los años en agua y saneamiento
- Fortalecer a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo para la difusión e implementación práctica de los derechos humanos al agua y al saneamiento.