Madrid, 23 de diciembre de 2013.- La demanda de trabajadores con discapacidad crece un 10% de cara a la campaña de Navidad. Así lo reflejan los datos de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce que incrementa su plantilla principalmente para dar apoyo por necesidades de producción. La Fundación incrementa su volumen de cara a estas fechas, principalmente en el manipulado de chucherías con motivos navideños. Concretamente, la venta en estas fechas en este taller supone un incremento del 42%, respecto a otras épocas del año.
Asimismo, numerosas empresas confían sus regalos a la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, que les aporta un triple valor: el de la exclusividad, la artesanía y la solidaridad. La compra de de sus productos ayuda a las compañías a cumplir con la LISMI (Ley para la Integración Social de los Minusválidos) a través de algunas de las ‘medidas alternativas’ que prevé esta Ley, tales como la compra de bienes y/o servicios producidos de los talleres de los Centros Especiales de Empleo. En la actualidad, el encargo de regalos navideños por parte de las empresas a la Fundación Carmen Pardo-Valcarce supone un 62% de las ventas anuales.
“Para nosotros son cifras importantísimas, sobre todo porque además de captar nuevos clientes, hay otros muchos que repiten año tras año. Tal y como ellos mismos nos trasladan, es debido a la calidad, exclusividad y poder de adaptación a las necesidades concretas que presentan nuestros productos. Si a esto le sumamos el importantísimo valor solidario por contribuir al empleo de profesionales con discapacidad intelectual, la colaboración con nuestra Fundación es, sin duda, una apuesta ganadora”, sostiene Maribel Roldán, directora de las Unidades de Negocio de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce.
En la actualidad la Fundación cuenta con una plantilla propia de más 100 trabajadores con discapacidad intelectual que ofrece servicios a importantes empresas españolas. Talleres de carpintería y pintura, donde los profesionales de la fundación realizan muebles y elementos decorativos exclusivos y solidarios, un obrador de tartas de chuches y envasado de dulces, talleres de filatelia, imprenta, taller de flores, y La Huerta de Montecarmelo, entre otros, son algunos de los recursos de la Fundación cuya plantilla está prácticamente integrada por profesionales con discapacidad intelectual.
























