
“Hay que educar a los hijos para que sean felices, no para que se diviertan”
Es una de las ideas rescatadas del coloquio que sobre la mirada que tenemos de la infancia y la juventud actual acogió la UNED de Pamplona el pasado 22 de marzo. Una cita enmarcada en el ciclo de coloquios que sobre protección infantil ha organizado la Asociación Navarra Nuevo Futuro con motivo de su 40 aniversario.
A lo largo de las últimas décadas ha habido muchos cambios en la familia y en la sociedad. Impera una sensación de ir corriendo y de no tener tiempo; y eso condiciona la mirada que tenemos hacia a la infancia y la juventud. ¿Desde donde los miramos?
“Antes los adultos les mirábamos de arriba hacia abajo. Ahora es una mirada mucho más horizontal de tú a tú. Y con el tiempo no sabemos si los miraremos de abajo a arriba”. Es una de las primeras ideas puesta sobre la mesa por Pachi Sanjunán, asesor para la convivencia del Departamento de Educación, en el coloquio celebrado en la UNED-Pamplona el pasado 22 de marzo. En su opinión se ha producido también una difuminación de los roles, los códigos y los tiempos, apareciendo el padre-amigo, la madre-confidente y el profesor-colega y olvidando que la educación requiere una estructura vertical. “A los menores se les ha ido protegiendo de la responsabilidad y se ha confundido protección con inacción” añadió Pachi Sanjuán.
Por su parte Jesús Puy, director y educador del Centro Puente de Puente La reina, cree que la infancia y la juventud no es ni buena ni mala, sino que se da una falta de equilibrio. “Tenemos una mirada emborrachada de entretenimiento; las cosas sólo valen si entretienen y educativamente esto está causando problemas. Ante la tendencia de educar con el juego ¿Cuándo les decimos a los niños y jóvenes que la vida no es un juego? No todo tiene que entretener”. Una idea a la que Pachi Sanjuán añadió que “hay que educarles para que sean felices, no para que se diviertan. Y si como profesional les educo sólo para la diversión, les estoy estafando´”.
“La exaltación de la Infancia y la Juventud ha hecho que las convirtamos en etapas finales –explicó Jesús Puy-. La Infancia es la etapa de la vida en la que se debe ser niños para dejar de ser niño. Y lo mismo con la juventud”.
Sin embargo tras esta exposición de ideas no se quiso ofrecer una visión pesimista de la juventud. “Cuando los jóvenes perciben que crees profundamente en ellos, responden increíblemente bien, el problema es que nosotros los vemos como pobrecicos” defendió Pachi Sanjuán. “No se trata de ser pesimista –añadió Jesús Puy- es que hay miedo, inseguridad y falta de claridad. Los padres no tienen la culpa, tienen la llave”. A lo que Pachi Sanjuán añadió que “el hecho de educar es la conjunción de dos variables: el control y el cariño y aunque sea duro, a veces hay que poner límites a los hijos”.
Por último, y a modo de cierre, cuatro ideas se lanzaron como conclusión de lo debatido en esta cita: que hay que restablecer el vínculo pedagógico en la tarea educadora, que para poder hablar de chavales hay que creer firmemente en ellos, que tendremos avances cuando tengamos equilibrio. Del error se pueden sacar muchas cosas, de las dudas no, y que si se quiere educar y mirar de otra forma, debemos vivir de otra forma.