
Lucie y Davo, una pareja de voluntarios de Payasos Sin Fronteras y también miembros de la asociación SocialClown, permanecerán durante cinco meses en Bobo-Dioulasso (del 11 de agosto del 2016 al 5 de enero del 2017) para proporcionar apoyo y estimulación sensorial a la infancia que sufre malnutrición.
Esta nueva intervención es la continuación de una línea de proyectos en la que Payasos Sin Fronteras es pionera. Es nuestra voluntad seguir con este proyecto artístico-terapéutico que tiene como objetivo atender a los niños y niñas desnutridos a través del juego y la estimulación sensorial.
El año pasado ya realizamos una intervención similar en Bobo-Dioulasso durante un período de seis meses y en ella se constató una mejora, tanto física como psicológica, en los niños ingresados y en sus madres. No olvidemos que un niño malnutrido pierde las ganas de jugar, de comer y finalmente de vivir. Los resultados obtenidos fueron realmente sorprendentes: los niños y niñas tratados por los payasos y payasas presentaron una rápida recuperación, reduciéndose en más de un 35% el número de abandonos del tratamiento hospitalario y las defunciones por esta patología.
Para dar continuidad al proyecto sobre terreno, surge esta vez la idea de integrar un nuevo componente que favorezca todavía más el tratamiento: la figura de las “mamayasas”. El trabajo de estimulación que realizan los voluntarios de Payasos sin Fronteras con los niños malnutridos requiere unas aptitudes específicas, una gran empatía y proactividad y la suficiente sensibilidad para intuir lo que el niño necesita en cada momento. Por este motivo, la iniciativa de las “mamayasas” se focaliza en madres que han tenido ingresados a sus hijos en el hospital afectados por malnutrición y que poseen las aptitudes necesarias para desarrollar esta tarea. Por un lado, el hecho de haberlos tenido ingresados les hace conocedoras de las necesidades de estimulación de los niños, así como de la situación psicológica de las madres durante la estancia en el hospital. Por otra parte, el haber compartido con los voluntarios de Payasos sin Fronteras una amplia variedad de juegos y ejercicios, les hace conocedoras de las técnicas necesarias para llevar a cabo las actividades de estimulación.
Además, sabiendo que estas heroínas se encuentran en una situación económica muy precaria, este actividad les puede ayudar a mantenerse (a ellas y a sus pequeños) puesto que en contraprestación recibirán un pequeño sueldo y comida para sus hijos. Para llevar a cabo el trabajo de forma eficiente, las madres recibirán una formación durante el mes de septiembre, todos los días de la semana, para que se familiaricen con las técnicas y la metodología empleadas en la actividad. La formación se llevará a cabo en el CREN (Centro de Recuperación y de Educación Nutricional) de Bobo-Dioulasso a cargo del personal de Payasos Sin Fronteras y SocialClown.
Este proyecto de Payasos sin Fronteras se hará posible gracias al desempeño de los dos miembros de SocialClown y PSF y al patrocinio parcial de SaniClown. Además de poner énfasis en el tratamiento de la malnutrición, nuestros artistas también ofrecerán un programa de 42 espectáculos para compartir sonrisas con los niños que más lo necesiten.
Burkina Faso y la desnutrición infantil
Durante los últimos años, Burkina Faso se ha enfrentado a una serie de crisis alimentarias, una de las más graves en 2012. El 60% de las muertes de niños menores de cinco años se deben a la malnutrición. Las malas prácticas higiénicas y de alimentación de los lactantes y de los niños, las deficiencias del saneamiento, el escaso acceso al agua potable, la inseguridad alimentaria de las casas, la falta de diversificación de la alimentación y una morbilidad infantil elevada son los principales factores que, combinados, provocan la desnutrición.
A pesar de la proactividad política del gobierno de Burkina Faso, el protocolo de gestión integrada de la desnutrición aguda se enfrenta a una serie de obstáculos que impiden su adecuada aplicación en los centros de salud, puesto que la aplicación de la detección sistemática y el diagnóstico comunitario de la desnutrición son insuficientes. En todo el país la cobertura de los centros de salud es insuficiente y las distancias para llegar a ellos disuaden a las madres de acudir con sus hijos. La última barrera para el tratamiento de la desnutrición y para el acceso a la atención sanitaria en general son los elevados costes, inasumibles para muchas familias, especialmente las más pobres.