
“El violento conflicto que afecta al noreste de Nigeria está dejando a los niños gravemente desnutridos y en riesgo de muerte.
En los tres estados más afectados de Borno, Yobe y Adamawa, se ha interrumpido la agricultura y los cultivos están destruidos. Las reservas de alimentos están agotadas y a menudo son saqueadas, y el ganado está muerto o abandonado.
En Borno, donde la lucha ha sido más fuerte, el 75% de las infraestructuras de agua y saneamiento y el 30% de todas las instalaciones de salud han sido destruidas, saqueadas o dañadas.
El impacto sobre los niños es devastador.
Estimamos que 400.000 niños sufrirán desnutrición aguda grave durante el próximo año en los tres estados afectados. Si no reciben el tratamiento que necesitan, 1 de cada 5 de estos niños morirá. Los casos de diarrea, malaria y neumonía están aumentando, lo que pone en peligro la vida de los niños.
Estas cifras representan sólo una parte del sufrimiento ya que grandes áreas del estado de Borno son completamente inaccesibles para cualquier tipo de asistencia humanitaria. Estamos extremadamente preocupados por los niños que están atrapados en esas zonas.
Estamos consiguiendo marcar una diferencia en las áreas a las que estamos llegando. Con el Programa Mundial de Alimentos y otros aliados, estamos tratando a niños con desnutrición aguda. Estamos vacunando a niños contra el sarampión y la poli y estamos proporcionando servicios de agua potable y saneamiento.
Pero esto está muy lejos de ser suficiente.
Sin los recursos adecuados y sin acceso seguro, nosotros y nuestros aliados no podremos llegar a muchos niños cuyas vidas corren un riesgo inminente.
Lo que ya es una crisis puede convertirse en una catástrofe».