La sociedad debe dar voz a los más de 100 niñas y niños con discapacidad que hay en el mundo, con el objetivo de que gocen de su derecho a una verdadera participación. Es una de las conclusiones de la mesa redonda ‘La participación de niñas y niños con discapacidad’ celebrada durante la Conferencia Internacional ‘2008-2013: Cinco años de vigencia de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad’, que, organizada por el CERMI con la colaboración de la Universidad Carlos III de Madrid y Obra Social Fundación La Caixa, se clausuró ayer tras haber acogido un intenso temario ofrecido por expertos en materia de discapacidad y jurídica.
El objetivo de esta mesa redonda ha sido abrir un debate ante la situación de especial vulnerabilidad en la que se encuentran las niñas y niños con discapacidad, y sobre los mecanismos que es preciso implementar para garantizar la participación activa de las niñas y niños con discapacidad en el ámbito de la educación, el ocio, el deporte, la salud, etc.
Así han coincidido los participantes en esta mesa, que han sido Gerison Lansdown, experta del Reino Unido en derechos de las niñas y niños; la comisionada de Género del CERMI y miembro del Comité para la Convención de la ONU, Ana Peláez; el catedrático de Derecho Internacional de la Universidad de Valencia y miembro del Comité de la Convención de Derechos del Niño, Jorge Cardona; la coordinadora de la Red de Niñas y Niños con Discapacidad del CERMI, Inés de Araoz; y la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de UNICEF España, María Arias Robles.
Según ha apuntado Lansdown, “la participación de las niñas y niños con discapacidad importa”, ya que, para ella, “no se pueden definir sus intereses superiores sin escucharles, sin conocer sus aspiraciones o ideas”. Además, ha asegurado, si ellos participan, adquieren una mayor autoestima, se vuelven más confiados, aprenden más y se sienten más valorados. Por el contrario, ha continuado, si se les excluye de la toma de decisiones, “se promueve su marginalización”.
En este sentido, ha hablado del derecho del niño que establece la propia Convención de la ONU para expresar libremente su opinión y que se la tenga en cuenta, en función de su edad y madurez. Por ello, ha apostado por que sean activos y que participen en su propia vida. Además, ha incidido en la idea de que los propios Gobiernos, de la mano de las organizaciones que representan a las niñas y niños con discapacidad, les consulten sobre las medidas que vayan a adoptar y les vayan a afectar, así como que ha apuntado a la responsabilidad de crear mecanismos o herramientas que faciliten que expresen su opinión para que sea tenida en cuenta.
Por su parte, Ana Peláez ha alertado de que el Comité para la Convención de la ONU, del que es miembro, ha detectado que los Estados parte no consultan directamente a las niñas y niños con discapacidad, de cara a la aplicación en la normativa para hacer efectivo el tratado internacional.
También ha expuesto las recomendaciones que el Comité hizo a España, en este sentido. Así, indicaba que “deplora la falta de información sobre la eficaz participación de las niñas y niños con discapacidad en todos los niveles de su vida”, que “se deben adoptar medidas para incluirles en todos los ámbitos de su vida”, que España adopte políticas y programas que asegure el derecho a expresar sus propias opiniones, así como manifestaba estar “preocupado” por las tasas de malos tratos de las niñas y niños con discapacidad en nuestro país.
Para Peláez, a España le queda un “largo camino por recorrer” en este sentido, y, por ello, ha recomendado que tenemos que partir de los principios y mandatos de la Convención y aplicarla directamente a toda la infancia con discapacidad. Así, en su opinión, el movimiento asociativo tiene un “inmenso” compromiso en este aspecto, ya que no cuentan apenas con políticas de infancia. Para ello, ha señalado que habría que crear grupos de trabajo para dar a conocer estos derechos y ofrecer mecanismos de participación.
La coordinadora de la Red de Niñas y Niños con Discapacidad del CERMI, Inés de Araoz, ha manifestado que lo importante es “dar voz” a las niñas y niños con discapacidad, ya que no se trata sólo de una necesidad, sino de un derecho. Y, en este sentido, ha señalado que esto “conlleva un cambio en la manera de ver las cosas” y un proceso de transformación de las organizaciones, influenciadas por la Convención. Para ella, la participación es un derecho que está muy relacionado con la autodeterminación, la libertad de tomar las propias decisiones y el derecho de no verse obligado a vivir con arreglo a un sistema de vida específico.
En representación de UNICEF España, Marta Arias ha apostado también por la participación de las niñas y niños con discapacidad, pero no sólo desde el punto de vista de beneficiarios, sino como agentes de cambio. Asimismo, ha resaltado el principio de equidad, es decir, poner el foco en sus derechos, “en todo momento, lugar y circunstancia”.
Por último, el catedrático Jorge Cardona, durante su intervención, también ha indicado que no sólo hay que tener en cuenta a las niñas y niños con discapacidad en lo que respecta a decisiones individuales, sino que “deben ser escuchados colectivamente” y se debe procurar que ejerzan su derecho de participación en todos los ámbitos, y facilitarles apoyos y medidas específicas para garantizar su participación en condiciones de igualdad que el resto.























