Contra la riqueza que empobrece

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La Alianza Española contra la Pobreza desde hace muchos años convoca a la ciudadanía para movilizarse contra las causas de la pobreza y la desigualdad. Sabemos que la pobreza es cada vez más extrema, intensa y crónica. Vivimos una crisis global y compleja que se basa y a la vez profundiza las desigualdades. Los intentos de salida de la crisis de carácter antisocial, basados en recortes de gasto social, agravan la situación de las poblaciones más vulnerables.

Existen compromisos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los protocolos de Derechos Humanos, la Carta de las Naciones Unidas, o el Protocolo de Kyoto, por mencionar algunos, que sistemáticamente se incumplen, dentro y fuera de nuestro país. Tal es el caso de los ODM o de los derechos económicos, sociales, culturales, laborales, políticos y civiles (en muchos casos).

Ahora nos encontramos ante un momento de crisis sistémica en el que se puede dar un cambio de rumbo hacia el cumplimiento de todos los derechos humanos o continuar por la misma senda del aumento de las desigualdades, pobreza y del autoritarismo. No bastan las buenas intenciones: queremos cambios reales para el futuro que deseamos.

Es urgente cambiar este sistema que genera riqueza para el 1% y un empobrecimiento generalizado para el resto de la población, tanto en nuestro país como en el resto del globo. Un sistema que fomenta la guerra para el control geoestratégico de los recursos, la destrucción de la naturaleza y las desigualdades sociales.

El proceso de acumulación del capitalismo, reforzado por la dinámica financiera, ha generado un modelo económico que ejerce una fuerte presión en el conjunto de los límites físicos del planeta (agotamiento de los recursos no renovables, falta de acceso al agua, contaminación atmosférica, etc.) y los equilibrios ecológicos.

Es imperativo poner freno a las políticas locales, estatales y globales, que polarizan la sociedad e incrementan el sufrimiento de las personas. En concreto, se necesitan cambios radicales en dos frentes: la obtención de los recursos públicos y la manera de invertirlos a través de los servicios públicos y el sistema de protección social.

Es necesario un reparto justo de las riquezas y que este reparto se visibilice en políticas públicas sociales como la Sanidad, Pensiones, Educación, Cooperación, Servicios Sociales, Igualdad, Dependencia, entre otras.

Sabemos cuáles son los problemas y conocemos muchas de las causas estructurales que generan desigualdades; pero también sabemos que existen soluciones reales y factibles. No pararemos hasta conseguir el mundo que queremos. Queremos un compromiso real a través de la participación y movilización colectiva, con el fin de:

Acabar con la economía especulativa y tener una economía al servicio de las personas.
Potenciar alternativas que permitan a la naturaleza regenerarse y a todas las personas mantener una buena calidad de vida.
Desarrollar servicios públicos, de calidad y universales para que todas las personas tengan una vida digna.
Crecer para el buen vivir y no para la acumulación de riqueza y el consumo irracional.
Dejar atrás el individualismo y la competitividad y cambiarlos por la cooperación y la solidaridad entre las personas y los pueblos.
Reconocimiento del valor y fomento de la paz como bien intangible para personas, pueblos y con la naturaleza.


Éstas son nuestras reivindicaciones políticas para conseguir este cambio:

–  Una fiscalidad justa y equitativa, con un sistema tributario y un gasto público que redistribuyan la riqueza y combatan las desigualdades, invirtiendo en los servicios públicos, la protección social y la promoción del empleo decente con el fin último de luchar contra la pobreza y la exclusión, y garantizar la justicia y la cohesión sociales de nuestros barrios, pueblos y ciudades.

–  Políticas y presupuestos cuyo eje principal sea la lucha contra la pobreza y la desigualdad, y la garantía de unos servicios sociales básicos de calidad.

–  Es necesario crear mecanismos internacionales que puedan mejorar y ampliar los marcos teóricos y científicos con los que se toman las decisiones políticas globales en el contexto de la nueva agenda. Desde la Alianza, proponemos la creación de un Panel Internacional para Erradicar la Pobreza y la Desigualdad que asuma, junto a otras instituciones, esta función.

–  Transparencia y rendición de cuentas en éstas y todas las medidas que puedan tener consecuencias en materia del disfrute de todos los derechos humanos.

–  Queremos que el Estado cumpla con su compromiso de lograr el 0,7% AOD/RNB de acuerdo con los compromisos internacionales adquiridos. La crisis económica no debería ser causa de una regresión respecto al porcentaje del RNB dedicado a la cooperación internacional.

–  El gobierno español y los gobiernos autonómicos y locales han de cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos, sin olvidarse de que éstos son civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, laborales, medioambientales, de género, y que conllevan obligaciones aquí y más allá de sus propias fronteras.

–  Es imprescindible apuntar hacia la completa erradicación de los paraísos fiscales. A corto plazo es imperativo actuar decididamente contra la impunidad y la opacidad.

–  Es necesario que se implante el Impuesto sobre las Transacciones Financieras y se aplique en su totalidad, incluyendo la compraventa de acciones, bonos y derivados, y que su recaudación sea destinada a las políticas sociales, a la cooperación al desarrollo y a la protección del medio ambiente.

–  Es necesario frenar el avance desmedido de la desregulación de los mercados, por los efectos que esto puede tener en el mundo entero aumentando las desigualdades y la pobreza. Es necesario que se frene el Tratado Transatlántico de Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea que se está elaborando a espaldas de la ciudadanía.

En definitiva, cambiar LA RIQUEZA QUE EMPOBRECE POR LA OTRA RIQUEZA DE LA COLABORACIÓN, PARTICIPACIÓN Y CREATIVIDAD QUE NOS PROCURA UNA VIDA DIGNA DE SER VIVIDA POR TODAS LAS PERSONAS.


Pese al optimismo del gobierno, la política de cooperación sufre su enésimo recorte

La débil apuesta del gobierno por la cooperación muestra una absoluta incoherencia con la voluntad expresada en su candidatura al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas

– La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española alcanzaría en 2015 los 1.797,55 millones de euros, el 0,17% % de la RNB, lo que supondría 17 millones menos que lo aprobado en los PGE 2014

– Este porcentaje coloca, una año más, la AOD de 2015 en niveles de los años 90 cuando España era aún un donante incipiente, y muy a la cola de los donantes europeos denominados UE-15,


Madrid, 7 de octubre de 2014. A dos semanas de que se decida la candidatura de España al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el gobierno no puede contar con peor carta de presentación que la escasa previsión de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) para 2015. El porcentaje destinado a cooperación se sitúa en un 0,17%, muy alejado de la media europea que se sitúa en un 0,50%. Estamos a la cola de los donantes europeos; solo Grecia se sitúa por detrás.


Debilitamiento de los principales actores de la cooperación

Los presupuestos para el próximo año continúan debilitando el peso del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. A pesar de ser el ministerio que por ley debería dirigir esta política, gestionará tan sólo el 46% de la AOD y ha visto reducido su presupuesto desde 2011 en un 64%.

La Agencia Española de Cooperación Internacional gestionará tan solo el 13% de la totalidad de la Ayuda; 230 millones. Los recortes sufridos por la AECID desde 2011 ascienden a un 71%, lo que ha situado su presupuesto en un umbral de mínimos.


Casi la mitad de los fondos son obligatorios

El debilitamiento de los principales actores de la cooperación hace que, al hablar de cooperación, hablemos en realidad de contribuciones obligatorias a la UE y a organismos internacionales; contribuciones que representan casi la mitad de la ayuda española para 2015.

Por otra parte, el FONPRODE (Fondo para la Promoción del Desarrollo) contará con la misma cantidad del año pasado: 235 millones, que son en su totalidad reembolsables. Esta cifra se sumará a los remantes, sumando un total de 375 millones o lo que es lo mismo un 21% de la AOD. Un porcentaje superior al 20% del año pasado lo que demuestra la continuación de la financiarización de la política de cooperación española iniciada en 2011.


Doble contabilidad que lleva a engaño

No todas las partidas contempladas en el presupuesto suponen nuevos recursos. Por tercer año consecutivo, el MAEC computa casi 140 millones de euros que corresponden a remanentes no ejecutados de años anteriores. De este modo, se produce una doble contabilidad. Si no se tuviesen en cuenta, la AOD española en 2014 reduciría un punto porcentual respecto de la RNB, quedando situada en el 0.16%.


Enorme preocupación por el escaso presupuesto para Acción Humanitaria

El presupuesto de Ayuda Humanitaria acumula un recorte del 81% desde 2011 y del 44% desde el inicio de la legislatura (2012). Esto es especialmente preocupante puesto que los enormes retos a los que nos enfrentamos en este sentido exigen que la ayuda sea flexible y, sobre todo, que esté bien dotada ante la imposibilidad de prever las emergencias.