“Tras comenzar a paliar las necesidades de agua, saneamiento e higiene, estamos ampliando nuestra respuesta de emergencia a las necesidades básicas de la población mediante distribuciones de alimentos básicos con 30 kilos de arroz, dos de azúcar, dos de sardinas, medio de sal, aceite…, para 9.500 familias para dos semanas”, afirma Riccardo Zuppo, coordinador de seguridad alimentaria del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre. “En Tacloban estamos distribuyendo BP5 y NRG-5, raciones de protección nutricional, para más de 800 niños y mujeres embarazadas, cubriendo así a una población de unas 2.000 personas”.
Acción contra el Hambre, inmersa en esta primera fase de respuesta de emergencia, trabaja ya en la planificación y diseño de la segunda fase o de post-emergencia, que durará entre 6 y 12 meses, para la rehabilitación de las redes de agua, la protección y reactivación de los medios de vida y la recuperación de los recursos productivos. “Como mínimo, trabajaremos para recuperar la situación previa en la que vivían estas poblaciones antes del tifón”, señala Riccardo Zuppo.
Preparando la fase de rehabilitación
Inmersa en la fase de emergencia, en la que se trata de garantizar refugio, agua segura, alimentos y saneamiento básico a quienes lo han perdido todo, Acción contra el Hambre ha desplegado dos equipos sobre el terreno para la evaluación e identificación de necesidades para el diseño y la planificación de la fase de rehabilitación. “Estamos haciendo un análisis de los mercados locales para hacer un seguimiento de la variación de los precios de los alimentos y establecer si estos mercados podrán abastecer la demanda que surgiría con proyectos de dinero por trabajo. Mediante éstos, se realizan trabajos comunitarios como la limpieza de escombros y caminos a cambio de un salario por el que los beneficiarios pueden abastecerse en los mercados locales, más allá de productos alimenticios. Podemos dar por perdida la próxima cosecha y las familias van a depender de estrategias que vayan más allá de la asistencia alimentaria, como este tipo de proyectos de transferencias monetarias, hasta que vuelvan a recuperar sus insumos productivos”, comenta Amador Gómez, director técnico de Acción contra el Hambre, desde Manila.
Aunque la primera fase de le emergencia, durará de tres a seis meses, Acción contra el Hambre prevé que la recuperación de las zonas afectadas lleve hasta dos años.
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